El Racing asume su enésima pirueta

Cada año parecen dos en el Racing. Dos montañas en una, la institucional y la deportiva. La segunda está asumida, la primera es un sobresalto. El último lo ha dado el indio Sayed, presunto inversor salvador que, incumplidas casi todas sus obligaciones, ha conducido al Racing a la poblada habitación de los clubes españoles en ley concursal (la antigua suspensión de pagos). Caldo y tazo y media. El tránsito de futbolistas que acontecía cada año en el Racing, en la compraventa de valores, se ha frenado por razones económicas y la salida de jugadores clave (Giovani, Rosenberg, Lacen, Henrique, etc.) solo se ha compensado con la llegada de dos cedidos por el Sevilla -Acosta y Bernardo-, el griego Tziolis y el uruguayo Stuani. Una vez más, el Racing se confía al entrenador, el veterano Héctor Cúper, como palo de la bandera verdiblanca.

Un punto en tres jornadas no es un balance extraño tras haberse enfrentado al Atlético, al Valencia -con los que perdió- y el Levante, con quien empató. La mezcla del Racing es tan ilusionante como peligrosa. La defensa es una línea plagada de canteranos, algo siempre preocupante cuando se enfrenta a equipos avezados, hoy el Madrid, y que en Valencia ya le costó encajar cuatro goles, a pesar del mérito de conseguir tres. Osmar y Álvaro son dos chicos jóvenes que quizás tengan hoy que pasar el examen del Madrid, habida cuenta de la baja de Torrejón, ahora el jefe de la defensa. Con Munitis, son nueve, de 19, los canteranos en la convocatoria.

El partido frente al Atlético le dejó más lesionados que goles en contra (cinco contra cuatro), de los que el Racing solo ha recuperado a Munitis, aunque renqueante. Pero ha perdido a sus estandartes: Colsa, por baluarte; Torrejón, por experiencia; Kennedy, por sutileza; Arana por empuje; y Acosta, por ser su mejor arma en ataque. De hecho, el futbolista argentino es el que lidera la clasificación de jugadores que más faltas reciben en la Liga.

No parece el momento más apropiado para recibir a un Madrid herido y dolido. El Racing, sobre todo, confía en Cúper, en su mano izquierda para gobernar la habitual situación de sortear la adversidad y mantenerse en Primera División. Pero el técnico argentino sabe que le faltan demasiadas piezas como para enfrentarse al Madrid con el ánimo en idénticas condiciones. Los defensas jóvenes no parecen el mejor argumento para frenar a la artillería de Mourinho. Pero es lo que hay. Y no puede haber más.