El fallo complica el proceso político de un futuro sin ETA

Euskadi había acompasado el esbozo de un escenario político de futuro a la consolidación de la tregua de ETA, favorecido principalmente por el giro estratégico de la izquierda abertzale tradicional en contra de "todo tipo de violencia" y a la espera de que Bildu o Sortu se atrevan un día a pedir a la banda terrorista su abandono, para así abordar la definitiva solución del denominado "conflicto vasco". Tras la sentencia condenatoria de ayer contra quienes inspiraron el sorprendente giro político de la ilegalizada Batasuna, visualizado en Bildu desde el 22-M, hasta el propio lehendakari, Patxi López, entiende "la frustración de algunos sectores de la sociedad vasca en el tiempo en el que estamos viviendo", como señaló ayer en Oñati, donde coincidió con el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano.

El fallo de la Audiencia Nacional complica, de paso, la propuesta política que López viene perfilando para su exposición en el debate de política general que el Parlamento vasco celebrará el próximo 29 de septiembre. El lehendakari asume que ahora tendrá que exhibir un guiño añadido al entorno abertzale. De entrada, para responder a la pregunta de Eusko Alkartasuna, que le requiere para que "manifieste con claridad su oposición a una condena que rechaza la inmensa mayoría de la ciudadanía y que es perjudicial para una sociedad que quiere la paz y la normalización".

El lehendakari sitúa su plan de paz en un escenario que contempla como premisa básica la desaparición de ETA y para cuyo objetivo reclama de la izquierda abertzale que se implique. Para su viabilidad, López, que dedica un trato preferente a las víctimas y a la tolerancia, va a reunirse con los agentes sociales y políticos y así adecuar un mínimo marco de sensibilidad antes de comparecer en el Parlamento.

Pero el clima generado entre las fuerzas políticas vascas, a excepción de PP y UPyD, destila desde ayer más pesimismo porque la sentencia no atiende a la realidad que vive Euskadi. El PNV, que siempre ha venido insistiendo a Zapatero en la necesidad de "valentía" para encarar un proceso político sin ETA, no dudó en hablar de "despropósito y escándalo" cuando Joseba Egibar valoró el fallo.