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Benestar abre las residencias a los dependientes menores de 60 años

Los controles se reforzarán para igualar la atención en centros públicos y concertados

El modelo de atención y acreditación de los centros que ofrecen servicios a personas dependientes cambiará notablemente en los tres primeros meses del año que viene. Las autorizaciones serán para servicios concretos -residencia asistencial, lavandería o fisioterapia, por ejemplo- y no por tipos de centros, como se hace en la actualidad. El nuevo protocolo de acreditación, que ayer presentaron ante el sector la conselleira de Traballo e Benestar, Beatriz Mato, y la directora general de Dependencia, Coro Piñeiro, busca ofrecer una atención homogénea tanto en los servicios públicos de dependencia como en los concertados. El ingreso en una residencia o en un centro de día, reservada hasta ahora a los mayores de 65 años -en algunos casos, de 60-, dejará de regirse por el criterio de la edad. Siempre que el interesado posea un Programa Individual de Atención (PIA), con una dependencia reconocida que lo recomiende, podrá hacer uso de este servicio. Galicia es la primera comunidad autónoma en implantar este modelo, que estará regulado por un decreto todavía en fase de redacción. En los tres primeros meses de 2012 entrará en vigor la orden que fija los criterios para cada acreditación.

Las autorizaciones se darán por servicios, no por tipo de centros

Entre esas exigencias estará la de ofrecer servicios especializados para dolencias que hasta ahora recibían una atención más general. Es lo que la consellería denomina "servicios específicos", destinados a pacientes de más de 16 años con dependencia causada por algún mal concreto y diagnosticado. Así, los centros que quieran atender a un enfermo de alzheimer tendrán que contar con un programa diseñado ex profeso para este tipo de pacientes, con profesionales formados en la materia. La consellería planea diseñar un catálogo específico de servicios para los dependientes por discapacidad física, parálisis cerebral, daño cerebral, discapacidad intelectual, trastorno del espectro autista y enfermedad mental, además del alzheimer.

Esta es, según Mato, la principal virtud del nuevo modelo, configurado como "un menú flexible, en el que se podrán combinar los diferentes recursos según las necesidades y perfiles de cada colectivo". El cambio en las condiciones de acreditación llega tras diversas consultas con profesionales del sector y asociaciones de afectados por alguna discapacidad. Las encuestas, más de 600, revelaron fallos en el acceso a los servicios. "Hay gente que se nos está quedando sin atender. No les estamos dando una respuesta personalizada porque estamos trabajando con estándares", reconoce Coro Piñeiro, encargada de explicar los detalles del nuevo modelo ante el auditorio, abarrotado, del Centro de Novas Tecnoloxías de Galicia. "Hay más colores, más matices a los que dar respuesta", admite. Desde la consellería defienden que el nuevo protocolo garantizará que el paciente reciba una atención homogénea y adaptada a su problema en cualquier centro, sea público o concertado. "Así logramos una cartera más cerrada, más controlada", aseguran. Todavía no está decidida la frecuencia con la que las empresas tendrán que renovar sus permisos, aunque las inspecciones de control seguirán siendo anuales.

La acreditación por servicios afectará a todos los centros públicos, que tendrán que adaptarse al decreto solicitan autorización para sus ofertas por separado. Las residencias privadas deberán someterse a la misma exigencia si quieren concertar servicios con Benestar. Podrán, además, tramitar atención especializada de fisioterapia o ofrecer servicios de lavandería, tanto para los usuarios del centro como para otras personas con un grado de dependencia reconocido, aunque no estén adscritos a esa residencia o centro de día. "Permitirá ampliar los beneficios porque vuestra cartera [la de las empresas con las que Benestar concierta servicios] se va a diversificar para llegar a más gente", pronostica Piñeiro.

Aunque la gran novedad del nuevo modelo es la puestar en marcha de protocolos propios para cada colectivo, se mantienen una serie de "servicios comunes" como la ayuda en el hogar, la teleasistencia y geolocalización, la atención diurna y residencial y los programas de prevención de la dependencia, que pueden solaparse con los específicos para cada mal. Dentro de esta cartera común está también la atención temprana a niños de entre cero y seis años, que incluye aspectos tan variados como el apoyo emocional o la estimulación psicomotriz. La asistencia personal en casa del dependiente se apoyará con ayudas económicas.

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