Frenazo en Singapur

Singapur es uno de los mejores barómetros del estado actual del comercio internacional. El mejor país del mundo para hacer negocios, según el último ranking del Banco Mundial, vio reducirse un 6,5% su PIB en el segundo trimestre respecto al primero, coincidiendo con la crisis de la deuda europea y la nueva ralentización de la economía de Estados Unidos. En el primer trimestre, Singapur tuvo un espectacular crecimiento del 27,2% comparado con octubre-diciembre de 2010. El año pasado registró la tercera subida más alta del PIB en el mundo con un 14,5%.

El repentino parón del crecimiento de Singapur refleja, como pocos indicadores, la caída de la demanda mundial y el frenazo económico de dos de sus principales socios comerciales: EE UU y Japón. Singapur es una de las economías más abiertas del mundo -según el Índice de Libertad Económica 2011, ocupa el puesto número dos en el ranking de libertad económica-, lo que también la convierte en una de las más vulnerables a las turbulencias financieras globales. El valor de sus exportaciones -maquinaria, equipamiento electrónico, productos químicos y farmacéuticos- supera largamente su PIB anual, por lo que cualquier variación en la demanda de sus socios puede tener importantes efectos en el aparato productivo.

Estamos ante una de las economías que mejor ha resistido la crisis

EE UU -que compra el 9% de sus exportaciones- no termina de solucionar sus problemas de déficit fiscal y comercial, mientras que Japón -el destino del 5% de sus exportaciones- debe destinar todos sus esfuerzos a reconstruir el país después del tsunami y el terremoto de marzo pasado. Adicionalmente, la inestabilidad europea genera incertidumbres en otros compradores y vecinos como Malasia, Indonesia y China, que en total representan un tercio de las ventas al exterior de la pequeña economía asiática.

Este nuevo panorama internacional ha obligado a las autoridades a reducir sus previsiones de crecimiento anual de las exportaciones hasta el 6%-7% desde el 8%-10% inicial. Esto se ha traducido inmediatamente en una rebaja de las previsiones oficiales de crecimiento en 2011 del 7% hasta el 5% o 6%. Incluso algunos analistas creen que este trimestre puede saldarse con un nuevo frenazo y prevén un crecimiento inferior al 5%. Algunos bancos como Credit Suisse incluso han rebajado sus previsiones para 2012 hasta el 4,8% desde el 5% anterior.

No obstante, nadie duda que Singapur esté en condiciones de seguir siendo uno de los países que mejor aguantan los efectos de la crisis internacional. Los datos de los envíos al exterior invitan a un cierto optimismo: el índice de precios de las exportaciones experimentó un 1,1% de crecimiento en relación con junio del año pasado, con un alza del 3,7% en bienes de manufactura.

Singapur es además el único país asiático que tiene calificaciones de crédito triple A de las tres principales agencias de calificación, Standard & Poor's, Moody's y Fitch. Algo de lo que en estos momentos no pueden presumir ni siquiera muchas de las economías más desarrolladas del mundo. El nivel de desempleo también es mínimo en Singapur. Con un 2,1% de paro, se garantiza el consumo privado en niveles altos, lo que permite dinamizar la economía en momentos en los que las exportaciones se ralenticen.