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Crítica:PISTAS GASTRONÓMICAS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Mojitos en el 'beach club'

Xavi Sancho

Es una de esas construcciones que se encuentran entre lo irritante y lo fascinante. Dos pisos de cemento con forma de barco sobre un espigón de la barcelonesa playa de la Mar Bella. Fue construido en 1992 y, hasta hace poco, era un restaurante familiar que parecía un accidente de los setenta a punto de perder incluso el atractivo irónico. La tarea emprendida por Zoopa -productora de entretenimiento entre cuyos miembros de halla el televisivo Santi Millán- junto al empresario italiano Enzo Pilari ha sido convertir este monumento kitsch en un beach club que mira desafiante, desde la otra punta del litoral urbano, al hotel Vela, epítome de lo exclusivo es unas playas hasta hace poco populares.

BOO

Play Nova Mar Bella, s/n, Barcelona. Teléfono: 932 25 01 00. Internet: www.elboo.es. Precio: restaurante, unos 45 euros. Cócteles, entre 10 y 15 euros.

Los referentes manejados en esta operación: el concepto Ibiza; donde lo jipi se hizo ad lib; el chiringuito, beach club, y la noche, madrugada.

Boo cuenta con un restaurante que se trata el producto mediterráneo con mimo y suaves aires sofisticados, y un servicio de bocados ligeros para que la digestión no se corte al tercer mojito. En la planta superior, una segunda sala, con vistas al litoral urbano, pensada para románticas cenas a la luz del Fòrum y las Torres Mapfre. Pero el verdadero cambio se halla en la gestión del espacio exterior. En lo que llamaremos la popa, más que nada para que los esfuerzos figurativos del arquitecto no caigan en saco roto, se ha habilitado una pequeña terraza, con barra y cabina de dj elevada tres metros sobre las cabezas de los clientes. La traducción del viejo amarillo en blanco impoluto obra el milagro de convertir lo que antaño era hormigonazo en suave folk mediterráneo.

En la proa, una primera terraza bajo toldo, con barra, suelo de teca y sofás peligrosamente confortables da paso al solarium. Ocho camas donde tumbarse al sol rodeado de cubiteras de Veuve Clicquot y un servicio mimoso, presiden la zona, que se culmina con otra barra, la llamada Barcardi. En el piso superior existe otra que responde al nombre de Hennessy. Al pedigrí por el patrocinio.

En sintonía con la Barcelona de los hoteles de lujo, pero sin resultar disuasorio en su apuesta por la sofisticación, el éxito de Boo se halla en que puede atraer tanto al que sabe como al que cree saber y en su capacidad para gestionar sin estridencias casi todos los resortes comunes al ocio contemporáneo. A saber, el VIP lounge, el beach club, la casual food, el cocktail club...

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Sobre la firma

Xavi Sancho
Forma parte del equipo de El País Semanal. Antes fue redactor jefe de Icon. Cursó Ciencias de la Información en la Universitat Autónoma de Barcelona.

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