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Las aventuras del comidista
Columna
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Vinateros del 'Metal'

Mikel López Iturriaga

En el infierno ya no se bebe whisky, ni vodka, ni siquiera orujo. Las últimas noticias apuntan a que la bebida favorita de Satán en estos momentos es el vino, porque sus enviados a la Tierra, los artistas de heavy metal, han empezado a producir esta bebida como si hubieran nacido en Falcon Crest.

Los últimos en apuntarse a la nutrida lista de rockeros vinateros han sido AC/DC. Los australianos acaban de lanzar una colección de cuatro vinos en colaboración con la bodega australiana Warburn Estate: los tintos Back in Black y Highway to Hell, el blanco seco Hells Bells y el dulce You Shook me all Night Long. Por desgracia para los que querríamos probarlos, solo se venderán en el país de los canguros.

El comunicado de prensa nos permite conocer algunas notas de los caldos, o algo así. El Back in Black huele a "especias y arándano, actuando como una gira mundial tomando el centro del escenario" (¿ein?), y el You Shook me all Night Long es "perfecto para las damas fans del rock". Mientras leo que el conjunto de vinos ha sido "diseñado para el máximo disfrute mientras te adentra en tu catálogo de álbumes de AC/DC", me pregunto si el satinado lenguaje de los catadores acabará de encajar con la rudeza que se le presume al buen metal.

Llámalo refinamiento, aburguesamiento o envejecimiento, pero los monstruos del rock se matan por sacar su propio vino. Whitesnake lanzaron hace algún tiempo Zinfandel, cuyo nombre como de leyenda celta sí que va mucho con el género. En un alarde de poesía muy acorde con su peinado, el vocalista de la banda, David Coverdale, lo definió como "un vinillo descarado, lleno hasta el borde de la esencia picante del sexo". Menor implicación sugieren los vinos de mis muy admirados Kiss, que me da que no hicieron mucho más que licenciar su nombre para que lo pegaran en la etiqueta. Aparte de los fans refans, quién se puede gastar 70 euros en una botella en la que salen cuatro señores con plataformas pintados como puertas permanece en el misterio.

Hay otros vinos firmados por bandas como Iron Maiden, Deep Purple, Queensrÿche o Warrant, pero el que me tiene fascinado es el de Motörhead. De primeras, el líder de la banda no es una persona a la que te imagines disfrutando de una copa de reserva, sino más bien arrasando un viñedo con su chopper. Lo único que sabíamos de Lemmy en términos gastronómicos era su aportación a un libro de cocina metalera, con una receta consistente en mezclar harina, sirope de chocolate, judías y curry, hacer una maqueta con la forma de volcán, flambearla con brandy y prenderle fuego.

Pues bien, Lemmy también tiene su vino, el Motörhead Shiraz, en cuya etiqueta luce la mítica criatura infernal del logo de la banda. Proviene de Australia, pero lo comercializa una empresa sueca según la cual el caldo ha sido "cuidadosamente elegido" por el grupo. "Tiene un aroma afrutado con notas de vainilla, arándano, ciruela, eucalipto y regaliz", aseguran, y marida bien "con las chuletillas de cordero".

¿Se venderán bien todos estos vinos? Considerando el escaso éxito de las aventuras vinícolas de otros famosos, podríamos aventurar que no. Yo diría que el público de estos artistas tiende más a la cerveza. Pero quién sabe, nunca desestimes el poder del metal.

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Sobre la firma

Mikel López Iturriaga
Director de El Comidista, web gastronómica en la que publica artículos, recetas y vídeos desde 2010. Ha trabajado como periodista en EL PAÍS, Ya.com o ADN y colaborado en programas de radio como 'Hoy por hoy' (Cadena Ser), 'Las tardes de RNE' y 'Gente despierta'. En televisión presentó programas como El Comidista TV (laSexta) o Banana split (La 2).

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