Amando Prendes, forjador de campeones

Los piragüistas españoles que se subieron ayer al podio en el Mundial de Szeged (Hungría) llevaban prendido en el chándal un lazo negro en memoria de Amando Prendes Viña (1936), un pionero de este deporte en Asturias y en España. Porque Prendes, fallecido el pasado viernes en Gijón, se inventó en 1960 un club, Los Gorilas, en su pueblo natal, Candás (Asturias), un club que dominó las competiciones nacionales en la década de los setenta y forjó un puñado de olímpicos. Entre ellos, Herminio Menéndez, durante mucho tiempo el deportista español con más medallas olímpicas, tres. Consciente de las carencias del piragüismo español de la época, Prendes se preocupó de aprender de los mejores. Estudió los métodos de los países del Este, dominadores en las últimas décadas del pasado siglo, y los aplicó en España.

Aunque formó a la élite y trabajó con ella -fue ayudante del seleccionador de piragüismo en Montreal 76- lo que mejor define la obra de Amando Prendes es su trabajo con la base. Durante sus 51 años de vida, más de 600 chavales candasinos han pasado por Los Gorilas, lo que significa que en todas las familias del pueblo ha habido un piragüista en algún momento. Y todos han llevado el sello que imprimía Prendes: sacrificio, disciplina y respeto por los compañeros y los rivales.

El año pasado, en la celebración del 50º aniversario del club, le llovieron los reconocimientos, entre los que valoró especialmente su elección como pregonero del Descenso del Sella, donde hacía medio siglo había empezado la historia de Los Gorilas. Allí, sobre el puente de Arriondas, se dio un abrazo con quien presidió el comité organizador del Descenso y fue su alma durante casi tres décadas, Emilio Llamedo, fallecido el pasado 30 de julio. Sin ellos, el piragüismo asturiano se ha quedado huérfano.