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Guillerme Vázquez esquiva la confrontación con los alcaldes críticos

"Las aportaciones enriquecen, pero no son mi preocupación ahora", zanja

Se cumplieron ayer 75 años desde que Alexandre Bóveda fue fusilado en el monte de A Caeira y como cada 17 de agosto se desplazaron al lugar dirigentes nacionalistas para participar en el homenaje que rinde junto a su monumento el Ayuntamiento de Poio. Entre ellos, el portavoz nacional del BNG, Guillerme Vázquez, que se refirió por primera vez al manifiesto de los 18 alcaldes nacionalistas que claman por la renovación de la formación frentista. "No es mi preocupación", zanjó.

De vuelta de unos días de descanso, Vázquez se limitó a una declaración genérica y a restar importancia al documento. "Todos los debates enriquecen y las aportaciones de todo el mundo son estupendas. A partir de ahí, el BNG tiene unas prioridades marcadas", empezó, en alusión a las elecciones generales de noviembre, en las que el Bloque peleará por mantenerse en Congreso y Senado. "O está el Bloque o Galicia no tendrá siquiera presencia en los debates", advirtió. Después volvió sobre el manifiesto: "Todo lo demás enriquece los debates, son aportaciones, pero no son mi preocupación en este momento". Las palabras de Vázquez -que evitó referirse a los alcaldes que apoyan el manifiesto con el apelativo de "lobby desleal" que le aplica la UPG, el partido mayoritario dentro del Bloque y al que él es cercano- calcaron a las del alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, la semana pasada.

El homenaje de ayer fue menos concurrido que otros años. En la cuesta de A Caeira apenas había 50 personas. Carlos Aymerich y Teresa Táboas, que el verano pasado acudieron, se ausentaron. Sí volvieron clásicos de la UPG en la comarca, como el diputado Bieito Lobeira o el alcalde de Poio, Luciano Sobral, que emitió críticas veladas cuando cerró el acto. "El nacionalismo debe estar al lado de las clases trabajadoras, de la cultura y el idioma del país. Si no, podríamos perdernos en alguna nebulosa y acabarnos confundiendo", deslizó. El regidor hizo extensivo el homenaje a Bóveda a Moncho Reboiras, histórico dirigente de la UPG tiroteado en 1975.

El tiempo incierto y las aguas revueltas en el BNG contribuyeron a la tibieza del acto, en el que los participantes entonaron el himno gallego con voz mortecina. Sobral trató de levantar los ánimos. "No son tiempos muy fáciles, pero ya otros los pasaron mucho peores. Si tenemos un objetivo común y las ideas claras, el futuro es de esta nación", entonó. Después se refirió a Millán-Astray, al que el Ayuntamiento de A Coruña va a devolver el título de hijo predilecto tras una sentencia judicial. "Millán-Astray fue uno de esos falangistas que paseaban a la gente como Bóveda", recordó. Como en años anteriores, durante el encuentro tomaron la palabra los hijos de Alexandre Bóveda, Amalia y Xosé Luís.

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