Londres empieza a calcular las millonarias pérdidas

El impacto económico de los disturbios es aún incierto. Aunque no parece hoy por hoy que vaya a llegar a afectar al conjunto de la economía, se va a dejar sentir con fuerza en el sector servicios, según el portavoz de negocios del Partido Laborista, Chuka Umunna, que ayer se declaró "increíblemente preocupado".

Las pequeñas y medianas empresas atacadas en los pillajes van a ser las más afectadas y "algunas no podrán volver a abrir sus puertas, sobre todo aquellas situadas en calles en las que tres cuartas partes de las tiendas han sido arrasadas", según Michael Weedon, director adjunto de la Asociación Británica del Comercio al Detalle.

Las pymes creen que las pérdidas se contarán en el mejor de los casos en decenas de millones de libras y las aseguradoras estiman que solo los daños de las tres primeras noches, sin contar los disturbios del martes en Manchester, superarán los 100 millones de libras.

La buena noticia tanto para las aseguradoras como para los asegurados e incluso las empresas y particulares no asegurados es que si los daños son oficialmente atribuidos a disturbios públicos es la policía la que puede acabar pagando la factura. Por ejemplo, aquellos que hayan visto destruido su automóvil y su seguro no es a todo riesgo podrán reclamar los daños a la autoridad policial. Lo mismo podrán hacer las empresas no aseguradas. Y también las aseguradoras que hayan tenido que indemnizar a sus clientes.

Las causas del estallido

El gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, se declaró ayer "profundamente preocupado" por los disturbios. Pero, defensor personal él mismo del programa de recortes puesto en marcha por el Partido Conservador, alertó contra las interpretaciones que se apresuran a señalar al ajuste fiscal como responsable de la revuelta. "Sería irresponsable especular sobre cuáles han sido las causas antes de que la gente tenga la oportunidad de investigarlas y estudiarlas", advirtió a la prensa, a la que anunció una rebaja de la previsión de crecimiento del 1,8% al 1,5%.

Los efectos económicos de los disturbios, en todo caso, son difíciles de cuantificar. Primero, todo depende de cuánto duren. Segundo, no basta con evaluar los daños causados en forma de destrucción de locales o de mercancías. Hay que tener en cuenta las pérdidas por lucro cesante no solo a las compañías atacadas, sino de las que no han sido atacadas pero tienen problemas de suministro o de acceso de los clientes. O la capacidad de resistir financieramente de aquellas más débiles.