El Gobierno mete presión al Parlamento

Al Gobierno andaluz le ha faltado un relato, un hilo conductor con el que se identifique su acción. El PSOE cree haberlo hallado en el pasado debate de la comunidad, en el que Griñán propuso 27 medidas, entre ellas las becas de segunda oportunidad, con la orden de que estén en marcha antes de fin de año. También ha cargado la agenda legislativa. Los socialistas pretenden aprobar en cuatro meses un total de 14 leyes, más de la mitad de las que se han aprobado a lo largo de tres años y medio.

Y es que el Gobierno autónomo y el partido que lo sustenta, el PSOE, ha vivido la legislatura más convulsa de sus casi 30 años de mandato continuado en Andalucía. Desde que ganó por octava vez en marzo de 2008, se zambulló en un estado de ajetreo interno por lo que todo el mundo sabía que se iba a producir, aunque muy pocos conocían el cuándo: el relevo de Manuel Chaves tras casi dos décadas al frente de la presidencia de la Junta de Andalucía en la primavera de 2009. Luego llegó la investidura de José Antonio Griñán y otro Gobierno, el congreso extraordinario del PSOE y de nuevo otro Ejecutivo; la crisis en el partido socialista por la dimisión de su número dos; de nuevo una tercera remodelación por la salida del fichaje estrella de Griñán, Rosa Aguilar; y finalmente un cuarto cambio de gabinete por la sorprendente dimisión del que fuera el hombre fuerte del PSOE durante 14 años, Luis Pizarro.

"Llevan 30 años gobernando, tiempo han tenido", dice Esperanza Oña

Todo lo que no califique la Mesa el 1 de septiembre no saldrá adelante

Esta introducción viene al caso para explicar el estado continuo de sobresalto en la que han vivido los socialistas andaluces en el que, con todo, lo peor ha sido y sigue siendo afrontar una brutal crisis económica y lidiar con una tasa de paro que llega ya al 29,7%.

Pese a que las encuestas venían pronosticando una enorme pérdida de la confianza del electorado, no ha sido hasta las elecciones municipales del pasado 22 de mayo cuando se ha podido testar esa caída. La distancia fue de 7,1 puntos aunque, según el último sondeo del Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de Andalucía (Cadpea) la brecha sería ahora el doble, es decir, que el PP lograría mayoría absoluta. Los socialistas tampoco dan crédito ahora a ese pronóstico y la meta que se marcan con vistas a las elecciones de marzo es recuperar la iniciativa política que casi siempre ha estado marcada por el PP.

Con tantas circunstancias propias y ajenas tan adversas, a los socialistas les ha costado encontrar el hilo conductor de su acción de gobierno, en el que los presupuestos autonómicos han sufrido enormes tajos por la obligatoriedad de atajar el déficit. El Gobierno ha optado por la saja en las inversiones públicas en lugar de recortar prestaciones sociales. A diferencia de otras comunidades, esa raya roja no la ha cruzado. El mantenimiento de las políticas en sanidad, educación y bienestar social es su principal enseña. Y a ella se quiere agarrar en el poco tiempo que resta hasta las elecciones.

Griñán marcó en el último debate de la comunidad una hoja de ruta que por primera vez en el PSOE se ve como tal, aunque tan sólo quedan cuatro meses de trabajo parlamentario (de septiembre a diciembre). El problema es que la agenda de la Cámara del próximo cuatrimestre está marcada por la aprobación de los presupuestos de la comunidad, los últimos de la legislatura, y quién sabe si del Gobierno socialista, por lo que varias leyes se tramitarán por la vía de urgencia.

El portavoz parlamentario del PSOE, Mario Jiménez, avanza que habrá que estirar el calendario ordinario y no descarta la convocatoria de plenos extraordinarios, aunque la tramitación que no entre en la reunión de la Mesa del Parlamento del 1 de septiembre tendrá un encaje casi imposible. Jiménez, incluso, baraja que parte del mes de enero también se habilite, aunque eso dependerá de la fecha electoral que elija Griñán. Entre las propuestas más polémicas está la reforma de la ley Electoral para declarar incompatible el cargo de diputado con el de alcalde, lo que supondría cambiar las reglas de juego en el último minuto.

Al PP esta propuesta no le parece "seria", por lo apurado de los tiempos y porque cree que hay que hablar de la incompatibilidad de manera más extensa. "No estamos en contra, pero vamos a consensuarlo todo, no solo lo de los alcaldes", afirma Esperanza Oña. A la portavoz del PP el argumento de Griñán de agotar la legislatura por sacar adelante el calendario legislativo le parece "una excusa". "Llevan 30 años gobernando, tiempo han tenido", subraya.