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Pescanova amenaza con una batalla judicial si Mar lleva el molusco contaminado a Xove

Mar asegura que la costa de Lugo cumple los requisitos de la UE, pero no aclara si existe un estudio sobre el riesgo ambiental del molusco contaminado

Los 500 metros que separan el Portiño de Morás, lugar elegido para reinstalar el marisco procedente de áreas muy contaminadas, de la toma de agua de la piscifactoría de Lago, propiedad de Pescanova, han añadido un capítulo más al fuerte rechazo que el plan de la Consellería de Mar ha provocado desde su presentación ante el sector, hace justo hoy una semana. La multinacional, que tiene en Xove el criadero de rodaballo más grande de España, presentará ante Costas un recurso contra la ubicación en A Mariña de las jaulas para descontaminar almejas y berberechos de coliformes. A la vez, el comité de empresa de Pescanova anuncia una manifestación para el próximo día 12 frente a la delegación de Pesca de Celeiro.

Los trabajadores de la multinacional se manifestarán el día 12 en Celeiro

Fuentes de la compañía argumentan que la Consellería de Mar no tiene competencias para crear una zona de reinstalación -el miércoles, el DOG publicó la orden por la que se reservaba Morás para este uso- porque es el Ministerio de Medio Ambiente el que debe dar su autorización. Si de esta forma Mar no renuncia a su proyecto en Morás, la compañía denunciará a la Xunta ante el Gobierno central y también ante la Fiscalía de Lugo por un posible "delito ecológico" contra la biodiversidad de la zona. El presidente Alberto Núñez Feijóo, anunció tras el Consello de la Xunta de ayer, que se estudiará si el emplazamiento elegido cumple todos los requisitos exigidos por la UE.

El repentino desencuentro entre Pescanova y el Gobierno gallego ha empañado las buenas relaciones que la multinacional mantenía con la Xunta desde la victoria del PP en 2009, después del sonado enfrentamiento con el bipartito, que denegó a la compañía la autorización para levantar una piscifactoría en Touriñán. El descontento de Pescanova fue oficial el miércoles, durante la reunión que mantuvieron la conselleira de Mar, Rosa Quintana, con los patrones mayores de las cofradías de A Mariña y el alcalde popular de Xove, Demetrio Salgueiro. Al encuentro también asistieron representantes de Insuiña, la división de acuicultura de la multinacional que preside Manuel Fernández de Sousa. Las explicaciones de Quintana no contentaron a Pescanova, aunque la promesa del presidente de la Xunta de revisar el procedimiento por el que se autorizó la zona de reinstalación sí logró calmar un poco los ánimos en la compañía. Pescanova teme por su producción de rodaballo en Xove, que según fuentes de la empresa, podría verse afectada por la presencia de coliformes -bacterias que viven en el intestino del molusco- en un área hasta ahora limpia. La calidad del agua, de hecho, es uno de los requisitos que debe cumplir cualquier planta de reubicación de marisco contaminado: solo aquellas áreas clasificadas como zona A, que indica una presencia mínima de E.coli, son aptas para esta actividad, prevista en un reglamento comunitario de 2004 como una alternativa a la prohibición de comercializar en fresco el molusco extraído de zonas C.

"Vamos a seguir trabajando para decidir cuál es el mejor emplazamiento. Valoraremos las propuestas que nos trasladan", prometió Feijóo tras la reunión con sus conselleiros. Aunque fuentes de la Consellería de Mar insisten en que Xove cumple todas las condiciones para acoger las bateas -no aclaran, sin embargo, si existe algún estudio sobre los posibles riesgos medioambientales-, el presidente abrió la puerta a reconsiderar el emplazamiento en la costa de Lugo. "Estamos estudiando las alegaciones que tienen que ver con esas decisiones", aseguró.

Muy distinta es la disposición del presidente a negociar tras las quejas de los mariscadores que pierden las ayudas suscritas en 2006. "La Xunta gastó decenas de millones de euros pagando a unos mariscadores que cobraban más por no trabajar que por hacerlo", esgrimió. En los últimos cinco años, los mariscadores recibieron 58.438.345 euros por no poder extraer el molusco con normalidad. El proyecto de Xove costará 658.000 euros, aunque Mar asegura que su decisión no tiene nada que ver con una medida de ahorro.

"Medida injusta y cruel"

La supresión de las ayudas que 10 cofradías de áreas contaminadas recibían desde 2006 es una medida "antisocial, injusta y cruel". Bieito Lobeira fijó ayer la posición del BNG sobre el traslado de molusco de las zonas C a la recién creada área de reinstalación de Morás, en el municipio lucense de Xove que, aunque opcional para los pósitos, supone el fin de las subvenciones. "No rechazamos por capricho la reinstalación. Puede ser buena en algunos casos, pero nunca debe hacerse a costa de acabar con los convenios", expone.

Según el parlamentario nacionalista, las áreas contaminadas del norte, sobre todo la ría de Ferrol y la parte interna de la de O Burgo, sufrirán aún más la crisis porque "no hay marisco suficiente y el que hay no tiene la talla mínima". Debido a esta situación "excepcional", Lobeira reclama a Mar el mantenimiento de los convenios para las cofradías que lo soliciten. El nacionalista defiende que el nuevo sistema "impuesto" por la Xunta tiene más que ver con la política de austeridad del Gobierno de Feijóo que con el compromiso de regenerar las rías infectadas. "Primero debería solventarse el problema de fondo", critica.

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