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Castellano tranquiliza a la plantilla de la caja

El futuro presidente de Novacaixagalicia Banco, José María Castellano, que ejerce de facto, ha trasladado a los sindicatos tranquilidad sobre el futuro laboral de la plantilla. En un encuentro con CSICA, central mayoritaria con Comisiones Obreras, avanzó que las negociaciones con inversores privados están "muy avanzadas" y que confía en que el fondo de rescate del Banco de España, al que inicialmente la caja solicitó 2.622 millones, quede "considerablemente reducida".

También UGT salió satisfecha de su reunión. En un comunicado interno la sección sindical concluye que el nuevo presidente "está muy mentalizado con el control del gasto, no de personal, que según sus propias manifestaciones es lo más recurrente y fácil y sería lo último que tendría que tocarse". Para ello, dice en una nota, "pretenderá dar ejemplo él mismo a fin de ser un espejo para los demás (no tiene móvil de la empresa, secretaria, chófer; viaja en clase turista, etcétera)".

En un mar financiero mucho más revuelto desde que el Banco de España decidió intervenir la Caja de Ahorros del Mediterráneo, el ejecutivo también ha dejado caer que la reestructuración del plantel directivo, compuesto por más de 100 personas, es inevitable. Una medida que extenderá al consejo de administración. "Es consciente de la necesidad de profesionales con conocimientos del sector, para los nombramientos de los consejeros que faltan actualmente (diez). Está realizando entrevistas personales con profesionales de reconocido prestigio".

Transparencia

Las centrales creen que su intención de hacer de la plantilla "el pilar de la entidad" es clave para la política de comunicación y transparencia interna. Carlos Peso, representante del CSICA, cree que lo peor ya ha pasado: "Tras los últimos y confusos meses vividos por el personal, los trabajadores deben iniciar ahora una etapa marcada por la estabilidad", aseguró a Europa Press.

El nuevo presidente del banco admite desconocer la operativa bancaria pero tiene la intención de entrevistarse con la totalidad de la plantilla, desde el primer eslabón al último, en grupos no superiores a 20 o 25 personas, algo que el comité de empresa juzga muy acertado. "No le gustan los colaboradores que le digan a todo que sí, entiende que de la discusión y propuestas de alternativas, suelen salir las mejores soluciones", añade UGT.

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