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Penas de 86 años para 14 acusados de distribuir droga

La red está considerada como la más importante del sur de Galicia

El fiscal antidroga de Pontevedra acaba de solicitar penas de cuatro a nueve años de cárcel y multas de casi tres millones de euros para los 14 integrantes de una red que distribuía heroína, cocaína y hachís en el sur de Galicia y que serán juzgados en la Audiencia Provincial de Pontevedra.

El vecino de Vigo, Hipólito Costas Agulla, de 58 años, con antecedentes de narcotráfico, acababa de cumplir una condena por hechos similares cuando fue detenido en junio de 2010. Desde Vigo, dirigía supuestamente la red junto a su mujer, Otilia C. B., y su hijo Diego C. C., de 36 años. Para ello, utilizaban, según el fiscal, dos pisos de seguridad: uno en el número 242 de la calle Sanjurjo Badía y otro en el número 34 de la Travesía de Las Escuelas Públicas que Hipólito Costas Agulla compartía con su compañera sentimental, la portuguesa, María Gloria R. S.

El principal imputado tenía un zulo en un Mercedes Clase A
El fiscal afirma que el negocio siguió incluso tras la detención del jefe

A finales de 2009, la Guardia Civil comenzó a investigar a Hipólito Costas tras tener constancia de que se venía dedicando de forma continuada y habitual a la venta de droga en la ciudad de Vigo. Entre otras funciones, y siempre según la acusación, su mujer se encargaba de recoger los pedidos y entregarlos, mientras su hijo colaboraba también activamente, sobre todo recaudando el dinero que debían los clientes.

Tras varios meses de seguimiento, Hipólito Costas fue detenido, junto a María Gloria, en la urbanización Santa Marta, en la Avenida Sabarís de la localidad pontevedresa de Baiona, dentro del coche que utilizaban para hacer las transacciones de droga. Un Mercades Clase A que tenía un zulo para esconder los estupefacientes y donde se encontró casi un kilo de heroína, con una pureza de apenas el 38% y valorado en unos 74.000 euros. Costas también escondía en el mismo habitáculo 197 gramos de cocaína, con una pureza del 61% y con un valor estimado en el mercado negro de más de 15.000 euros.

Al producirse la detención de Costas Agulla, según la fiscalía, su familia continuó con la labor de distribución entre los clientes habituales de la heroína y cocaína que no pudo ser intervenida en la operación policial. Incluso durante su estancia en prisión preventiva, Otilia C. puso en contacto con los proveedores de Portugal a otro de los imputados, Antonio Javier L. V., de 38 años, para que ocupara el puesto que antes tenía su marido.

Otros de los detenidos, José María F. P. y Lino R. C., eran los encargados de contactar con proveedores de hachís ubicados en Marruecos e importar la droga, financiando las operaciones y facilitando el escondite de las partidas de droga hasta que se completaba su venta, afirma el fiscal. También Juan Francisco C. V., de 51 años, alias Juan el de Orense, actuaba de intermediario con los vendedores

Dos de estos proveedores de nacionalidad marroquí , Hassan M. y Moureddine R., también fueron detenidos por la Guardia Civil cuando circulaban por la avenida de Madrid de Vigo con 10 kilogramos de hachís, valorados en 50.000 euros.

Otros supuestos miembros de la red que distribuía cocaína, heroína y hachís en el sur de Pontevedra eran la pareja formada por María Genoveva F. C. y José Antonio O. A., alias Toño. En el domicilio de ambos en la calle Lomba de O Rosal se hallaron además de numerosos envoltorios con droga, preparados para su distribución, efectos para cortar y pesar los estupefacientes. Entre los recursos que empleaban estos acusados para ocultar la droga, la policía encontró un huevo de chocolate de una marca muy conocida que contenía 22 gramos de cocaína, con un 66% de pureza y valorados en casi 2.000 euros.

En el suministro de cocaína intervenían también supuestamente Alfonso N. B., Fonsi, de 33 años, y Víctor Manuel G., de 32. Ambos fueron detenidos después de realizar una entrega de entregar casi dos kilos de cocaína a uno de sus clientes para revenderla en Portonovo (Sanxenxo). La droga tenía una pureza del 80 y hubiera alcanzado uno precio superior a los 200.000 euros.

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