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Griñán arriesga y prefiere ir solo

El presidente de la Junta agotará la legislatura - Por primera vez en 18 años, las elecciones andaluzas no coincidirán con las generales - Los andaluces irán a las urnas tres veces en un año

Lourdes Lucio

"¿Ha cambiado algo la situación solo porque Rodríguez Zapatero haya anunciado la fecha hoy? No". Algunos escucharon ayer al presidente andaluz, José Antonio Griñán, hacer esta reflexión en voz alta, para a renglón seguido ratificarse en que agotará la legislatura. El anuncio del presidente del Gobierno central de adelantar las elecciones generales al 20 de noviembre no ha hecho dudar ni un segundo a Griñán. Su decisión de apurar hasta el último día del mandato la había decidido -y anunciado- en el mes de febrero y desde entonces no solo no se ha movido de esa posición, sino que cada vez que se le ha preguntado ha dicho lo mismo: "Voy a marzo. Si Zapatero agota serán conjuntas, si no, separadas".

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Los pésimos resultados electorales obtenidos en las elecciones municipales -en las que por primera vez el PP superó al PSOE por 7,1 puntos en el conjunto de la comunidad- en lugar de abrirle una rendija de incertidumbre, le convencieron aún más de la necesidad de apurar al máximo posible el mandato. Él mismo dio como la fecha más probable de los comicios andaluces la del 4 de marzo de 2012, aunque estirando mucho los plazos legales, el presidente de la Junta podría incluso convocar hasta primeros de mayo.

Zapatero comunicó a Griñán la noche del jueves que ayer anunciaría las elecciones para el 20 de noviembre, según fuentes próximas al presidente de la Junta, quien ayer habló con el candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, antes de que se hiciera pública la noticia. Rubalcaba se fue convencido el lunes tras entrevistarse con el líder andaluz de que este no adelantaría, así que en Ferraz daban por perdido cualquier intento para convencerlo de lo contrario. En su comparecencia, Zapatero se mostró ayer muy respetuoso con la prerrogativa de Griñán: "Le corresponde a él decir lo que tenga que decir de las elecciones andaluzas, por supuesto".

Griñán mantuvo reuniones en su despacho del palacio de San Telmo con la consejera de la Presidencia, Mar Moreno, la secretaria de Organización, Susana Díaz, y los consejeros de Economía, Antonio Ávila, y la responsable de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo. Ante la presión de los medios, los socialistas decidieron que fuera la también portavoz del Gobierno andaluz la que despejara cualquier mota de vacilación. "La convocatoria de las elecciones andaluzas es una facultad exclusivamente del presidente. Ya ha reiterado su voluntad de agotar la legislatura y, por lo tanto, mantiene su voluntad de llegar hasta el final del mandato", dijo Mar Moreno.

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Aunque ayer el coordinador de Izquierda Unida, Diego Valderas, albergaba dudas de que Griñán fuera agotar, todos los socialistas consultados respondían lo mismo cuando se les preguntaba si había alguna posibilidad de marcha atrás: "Salvo que hubiera un cataclismo económico mundial con epicentro en Estados Unidos".

La decisión de Griñán de ir sin el paraguas nacional a las elecciones andaluzas es muy arriesgada, porque históricamente siempre al PSOE andaluz le ha beneficiado la mayor participación y movilización del electorado socialista. Sin embargo, tras las elecciones del 22 de mayo, las certezas electorales no existen y lo que era blanco ahora es negro o se ve negro.

Por primera vez desde 1994, las elecciones autonómicas se celebrarán en solitario. En las ocho convocatorias andaluzas sucedidas, en cinco ocasiones han ido de la mano con las generales (1986, 1996, 2000, 2004 y 2008), en dos han sido solas (1982 y 1990) y en una (1994) con las europeas. Otro elemento de riesgo es que los andaluces van a ser convocados a las urnas en menos de un año en tres ocasiones, municipales, generales y autonómicas, que serán las últimas.

Griñán considera que no hay ningún motivo que justifique el adelanto electoral en Andalucía: tiene mayoría absoluta en el Parlamento para sacar con total comodidad los presupuestos de 2012 y considera que la treintena de medidas comprometidas en el debate de la comunidad le puede ayudar a recuperar la confianza del electorado. Esa es la explicación oficial.

La extraoficial es menos confesable públicamente. Y es que Griñán y su equipo tienen la teoría de que esto es como el juego del "susto o muerte". Si van con las generales, es muerte y si van solos, susto. Creen que la ola en favor del PP en las municipales se extenderá en las generales y que cuando los andaluces vean tal marea azul optarán por frenar a la derecha en Andalucía. Es un argumento acientífico -y letal para el PSOE federal porque parece apestado electoralmente- y un tanto esotérico. Pero sólo se sabrá si Griñán ha acertado o no el día en que se recuenten los votos.

Al PP la decisión de Griñán de mantenerse en sus trece, le ha cogido con el pie cambiado. Pese a que Javier Arenas siempre ha defendido las elecciones separadas, esta vez sí que le interesaría conjuntas para aprovechar el rebufo triunfante que desprende el PP tras su aplastante victoria el 22 de mayo.

En este sentido, la reacción de ayer del secretario general del PP, Antonio Sanz, fue muy reveladora. Al mismo tiempo que aseguraba no tener "ansiedad" por la fecha de las elecciones, decía que la "sociedad andaluza sí" tiene necesidad de un adelanto electoral y que se van a perder meses con un gobierno "agotado y agonizando". También pareciera que para el PP es susto o muerte.

José Antonio Griñán y Susana Díaz, ayer a las tres de la tarde, saliendo del palacio de San Telmo.
José Antonio Griñán y Susana Díaz, ayer a las tres de la tarde, saliendo del palacio de San Telmo.ALEJANDRO RUESGA

Tres sin generales

- 1982. Fue la primera cita regional con las urnas tras el acceso a la autonomía plena. La participación fue del 66,31% y el PSOE obtuvo mayoría absoluta.

- 1990. Manuel Chaves consigue la primera de sus seis victorias electorales en Andalucía. La participación fue la más baja de todas las convocatorias: un 55,34%. El PSOE obtuvo mayoría absoluta.

- 1994. Las elecciones al Parlamento andaluz coinciden con las europeas. La participación fue del 67,28% y el PSOE quedó en minoría, lo que dió lugar a la pinza entre IU y PP.

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