El crecimiento del PIB en Euskadi no es suficiente para disminuir la tasa de paro

La tímida recuperación de la economía vasca a partir de 2010 no debe llevar a engaño: el incremento del PIB no fue suficiente para disminuir la tasa de paro en la región. Ello no significa, sin embargo, que no se haya creado empleo. No obstante, la existencia de un mayor número de puestos de trabajo resultó ser a todas luces insuficiente para cubrir la demanda de empleo debido a la incorporación de un mayor número de personas al mercado de trabajo por primera vez.

Estos son algunos de los datos que arroja el informe sociolaboral del Consejo de Relaciones Laborales (CRL) presentado ayer por Tomás Aguirre, presidente de este organismo. El documento, que abarca tres "ejercicios muy difíciles" según advirtió el propio Aguirre, se corresponde con los años 2008, 2009 y 2010, los cuales coinciden con el incremento de la crisis, su traslado al mercado financiero y la "débil" recuperación, respectivamente.

Aguirre destacó que una tasa de desempleo del 9,3% como la que cerró el ejercicio de 2010 es una cifra "altísima", teniendo en cuenta que justo antes de iniciarse la recesión económica el organismo que dirige dibujaba una situación que rozaba casi el pleno empleo.

El informe señala que los ERE han ido disminuyendo a lo largo de este año, tendencia que se ha mantenido durante el mes de julio. Con estos datos y aun existiendo un incremento salarial en el País Vasco del 2,12% el pasado año, el CRL reconoce un "repunte de la conflictividad laboral". Preguntado en rueda de prensa si este fenómeno guarda alguna relación con la reforma laboral aprobada en 2010 que modificaba el sistema de negociación colectiva, Aguirre se limitó a señalar que "el objetivo es que la flexibilidad se logre a través de la potenciación del acuerdo" y manifestó que la reforma de la negociación ha "devaluado" los convenios provinciales.

En cuanto al impacto del desempleo desde el plano del género se aprecia un aumento del paro masculino sobre el femenino; tanto en los años álgidos de la crisis como en los inicios de la tenue recuperación de 2010. Esta tendencia se ha invertido a lo largo del primer semestre de este año, cuando el paro entre las mujeres ha resultado ser superior al de los hombres, situación imperante antes de la crisis. Aguirre atribuyó este dato a un aumento de los despidos en aquellos sectores "muy masculinizados", como la construcción. El mayor índice de paro registrado entre la población femenina lo achacó, por otra parte, a una incorporación de más mujeres al mercado de trabajo en este período.