Testigos del 'caso Castelldefels' dicen que se vieron obligados a cruzar las vías

La acusación que ejercen las familias de las 12 víctimas mortales y los heridos en el accidente de Castelldefels la verbena de Sant Joan de 2010 tiene un objetivo: demostrar que el atropello, con una actuación adecuada de Renfe, se habría podido evitar. Los nuevos testigos que comparecieron ayer ante la titular del Juzgado número 1 de Gavà coincidieron en señalar que las víctimas se vieron obligadas a cruzar las vías ante la avalancha de gente que se acumuló en el apeadero de Castelldefels Platja. "Todo estaba muy oscuro. Tratamos de salir por el puente, que era la salida que conocíamos, pero estaba cerrado; intentamos salir de la estación, pero la gran avalancha de gente que había empujaba a los usuarios a la vía", narró Elisabeth, una joven de 18 años que sobrevivió al accidente.

Los abogados de la acusación reclaman la imputación de hasta 15 cargos de Renfe y la gestora de vías Adif por no prever la avalancha que se vivió esa noche. Les acusan de homicidio imprudente y lesiones. "Si el año pasado hubiera habido la seguridad que vimos este año, la tragedia se habría evitado", se lamentaba Libry Ahumada, abogada de la acusación. Los cinco nuevos testimonios repitieron una versión similar: la falta de señalización, iluminación y seguridad provocó un caos que obligó a la gente a cruzar al otro lado de la estación por las vías.

El accidente de Castelldefels volvió a los juzgados después de que la Audiencia de Barcelona ordenara su reapertura. La juez de Gavà lo había archivado en julio pasado al considerar que todo se debió a una imprudencia. Andreu van den Eynde, abogado de la acusación, cree que la situación cambiará. Tras las declaraciones de los testigos, el abogado dio por demostrado que Renfe falló: "No hubo previsión de riesgos".

Antes de las víctimas, se han sentado ante la juez siete testigos que ya declararon las semanas posteriores al accidente. Entre ellos, el conductor del tren Alaris que atropelló a los que cruzaban la vía en ese instante. Siempre según la versión de la acusación, el maquinista aseveró que era técnicamente imposible frenar su tren.