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Crítica:ÉTNICA | Playing For Change
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El poder de la calle en los Veranos de la Villa

La génesis de Playing For Change ha hecho fortuna en YouTube y las redes sociales en los últimos años. Ya saben: el bienintencionado productor Mark Johnson se da un colosal garbeo por medio planeta y recluta a los mejores músicos callejeros que encuentra a su paso. De acuerdo, puede sonar a turismo accidental, a un ejercicio de ONU musical tan noble como evanescente.

Pero los recelos se nos disipan para siempre en Puerta del Ángel cuando vemos a Clarence Bekker, ese holandés bailongo del Surinam que vive en Barcelona y Grandpa Elliot Small -un viejito casi impedido de Nueva Orleáns que parece sacado de Hucleberry Finn- interpretar a dúo, cogidos del brazo, A change is gonna come. El himno postrero de Sam Cooke es de por sí muy emocionante, pero hay tanto calor en esa interpretación, tanta humanidad sincera, que cuesta contener los envites de los lacrimales.

Se trata de una alineación versátil, cosmopolita apta para todos los oídos

Integraban anoche esta multirracial formación una primera línea de cinco vocalistas (negros) y una escudería con media docena de músicos (blancos). Se trata de una alineación generosa, versátil, cosmopolita pero sin grandes exotismos, apta para todos los oídos. Y, digámoslo todo, deliciosamente compenetrada. Hay margen para la rumba congoleña, el afropop sudafricano, el blues del pantano y una ración generosa de reggae, con inevitable parada final en Bob Marley: un One love precioso e impregnado de gospel.

La armónica del abuelo Elliot y el bailoteo de Bekker -que incluso se marcó alguna estrofa a capela y sin amplificación- constituyen bazas muy valiosas, pero el resto contribuye a una plácida sensación de esperanza en el ser humano. El atuendo comprende rastas, pañuelos piratas, faldas tribales, camisas multicolores y un saxofonista con coleta y sandalias que no habría desentonado en la Puerta del Sol. Acampadas y música: un bello guiño al poder de la calle. Con propina adicional a cargo de Zoé, quinteto mexicano de pop estiloso.

Actuación de Playing For Chance.
Actuación de Playing For Chance.BERNARDO PÉREZ

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