"No se sabe más"

En 1993 se produjeron los primeros asesinatos de mujeres y niñas en la ciudad mexicana de Ciudad Juárez. Entre el anonimato, la impunidad y un "no se sabe más" por parte de las autoridades mexicanas han transcurrido todos estos años. Muchos de los nombres de estas mujeres asesinadas recorren la exposición Desechable que desde ayer se puede ver en Hat Gallery, este espacio de arte y diseño que desde hace un año se ha unido al paisaje del barrio de Russafa de Valencia.

Keith Miller, profesor de arte de la Universidad de Nueva York es el comisario del proyecto que ha viajado desde Manhattan a Valencia gracias a la tenacidad de Ana Sanahuja, responsable de comunicación de Hat Gallery. "Por su carácter multidisciplinar", señala Ana, "la exposición participa de la filosofía del espacio, y además, es un proyecto comprometido al cual hemos querido apoyar desde la galería". Para Keith Miller, que ha vivido durante algunos años en México, el caso de las mujeres asesinadas de Ciudad Juárez ha producido una terrible doble trampa, "por una parte", dice Miller, "las mujeres continúan siendo presa de violadores y asesinos autores de los crímenes 'no resueltos' hasta la fecha, y por otro lado, están atrapadas en un ciclo histórico de violencia contra las mujeres". "Y todo eso, en unos momentos", continua Miller, "con una situación actual de violencia generalizada en México, donde sus vidas tienen poco valor, porque quitar la vida a una mujer, puede resultar muy sencillo".

Muchos de los nombres de las víctimas recorren la muestra

Vídeo, pintura, instalación, todo sirve para poner luz a la historia

Entre las participantes de la exposición se encuentra la fotógrafa italiana Lina Palotta, residente en Nueva York y que desde 1994 está trabajando en el tema de las mujeres trabajadoras de las maquiladoras de la frontera entre México y Estados Unidos. "Lo terrible de esas fotografías", señala Miller "es que algunos de estos rostros, en el que también hay niñas, podrían formar parte de ese grupo futuro de mujeres asesinadas o desaparecidas". En otras de las piezas de la exposición se pueden ver los dibujos de la artista francesa Peggy Adam pertenecientes a su novela gráfica Luchadoras. "Es un trabajo", dice Keith Miller, "que nos ofrece otra mirada al tema de las mujeres asesinadas, en este caso desde el cómic, con una gran fuerza visual".

Vídeo, pintura, instalación, todo sirve a la hora de denunciar y sacar a la luz esta historia que se ha transformado en una cadena de horror y silencio entre las fronteras de Estados Unidos y México. El propio Miller contribuye con una pieza en la exposición. Sobre una pantalla completamente negra se van sucediéndose desde el año 1993 una serie de nombres de mujeres mientras se descargan sus pocos datos en el monitor. De momento la lista sigue abierta.