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Hernández emplaza a Fomento a buscar alternativas para el tren Vigo-Oporto

Portugal suprime el servicio a partir del domingo por no ser rentable

Galicia se queda sin conexión ferroviaria con Portugal. Es la última expresión del escaso arraigo que tiene la Eurorregión en las Administraciones española y portuguesa responsables de vertebrarla. En la Comisión de Traballo Galicia-Norte de Portugal evitaron ayer comentar la noticia, adelantada el domingo por Comboios Portugueses (CP), la operadora estatal de la línea, y solo el conselleiro de Infraestructuras, Agustín Hernández, expresó su "preocupación" por esa decisión para, al cabo, emplazar al Ministerio de Fomento a que "analice el nuevo escenario y proponga alternativas".

Hace seis años CP intentó suprimir el servicio entre Vigo y Oporto, aunque tuvo que dar marcha atrás por las protestas de los usuarios y alcaldes de las ciudades afectadas. Ahora la cancelación del servicio será efectiva a partir del próximo domingo, en que dejarán de cubrir el recorrido los dos trenes diarios que salían desde Vigo a Oporto y viceversa. La línea quedará cortada en la frontera, ya que CP seguirá prestando el servicio entre Oporto y Valença.

Hernández achacó ayer la nueva situación a la falta de modernización de la línea -construida a finales del siglo XIX- y a su imposibilidad de competir con otros medios de transporte por carretera. El conselleiro limitó el problema a que el reducido número de usuarios de la línea -algo más de 5.000 al año, según el dato facilitado por él y que Renfe prefirió no detallar- "no vea perdida la posibilidad de utilizar el ferrocarril". Pero el problema tiene más alcance.

El laberíntico sistema de peajes de las autovías, la cancelación de los proyectos de AVE y ahora la supresión del único servicio ferroviario transfronterizo son indicadores "de la misma falta de visión o voluntad estratégica con la Eurorregión", según Xoán Vázquez Mao, secretario general del Eixo Atlántico, la organización que agrupa a las ciudades de la misma. Las competencias corresponden a los Gobiernos centrales de ambos países y ya el anterior Ejecutivo portugués "nunca entendió la cooperación transfronteriza", según Vázquez Mao. Antes fue el español el que frenó la planificación conjunta del AVE, con Magdalena Álvarez en el Ministerio de Fomento. Los intentos de su sucesor, José Blanco, de impulsarlo -la semana pasada adjudicó el proyecto del AVE de Vigo a la frontera- han chocado con la dramática crisis económica que se cierne sobre el país vecino.

Pero la movilidad existe. Diariamente cruzan el puente internacional sobre el Miño, en Tui, unos 3.000 turismos. Con un servicio adecuado, muchos de estos usuarios podrían optar por el tren. Aunque no con las actuales frecuencias -con salidas a las 7.50 horas de Vigo y Oporto, una, y a las 17.55 de Oporto y a las 19.37 desde Vigo, la otra- ni duración del viaje, casi tres horas y media para unos 150 kilómetros, con parada en 16 estaciones.

También es historia, no solo economía

Renfe evitó ayer cualquier comentario sobre la supresión de la línea Oporto-Vigo, limitándose a señalar que mantendrá su actual oferta en el trayecto de Vigo y Porriño, con parada en Redondela. A Tui no llegará ningún tren, y tampoco se ha comunicado ninguna decisión sobre el futuro de esa vía.

El secretario general del PSdeG, Pachi Vázquez, se mostró particularmente incisivo al aludir a "esa Eurorregión, de la que tanto se llenan la boca cuando hablan" para preguntar: "¿Dónde está el Gobierno gallego que tanto atacó la poca diligencia para construir vías de comunicación entre Portugal y Galicia?". Vázquez criticó que estuviera "desaparecido, callado y sin una sola palabra".

Para Santiago Domínguez, portavoz del BNG en Vigo, la supresión de la línea ferroviaria es consecuencia de la "indefinición" y falta de credibilidad sobre la llegada del AVE a Vigo. "Es normal que ante la indefinición del Estado español, el portugués no tenga prisa", dijo.

Al otro lado de la frontera se multiplicaron las declaraciones de protesta y oposición. "Sabemos que no es una conexión muy rentable", afirmó el alcalde de Valença, Jorge Mendes, "pero sobre todo es histórica, entre dos importantes regiones, y no será con su supresión como Comboios Portugueses dará vuelta a la difícil situación que atraviesa". El regidor portugués expresó su "total oposición" a la decisión de la compañía ferroviaria. También el presidente de la Associaçao Industrial do Minho, António Marques, reclamó atención a otras cuestiones, más allá de las económicas, y calificó la decisión como "un hachazo más" a la conexión del Norte de Portugal con Galicia y Luís Filipe Menezes, alcalde del PSD (en el Gobierno central) en Vila Nova de Gaia y que presidió el Eixo Atlántico entre 2007 y 2010, afirmó que le parecía "una decisión precipitada". "No todo lo que da pérdidas debe acabar", añadió.

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