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Columna
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Tesis para el cadalso

A este lado del mapa, si hay algo que concita unanimidad, es que la cita de Plutarco sobre la mujer del César, que además de honesta debe parecerlo, pertenece a la historia clásica. Punto final. Extraer conclusiones como la necesidad de cuidar las apariencias o ajustar las formas a los contenidos, son una gilipollez y ganas de chinchar al señorito. Hace cuatro meses Karl Theodor zu Guttenberg, aristócrata casado con una tataranieta de Otto von Bismarck, hubo de presentarle la dimisión a Angela Merkel tras un escándalo mayúsculo que nada tenía que ver con sus quehaceres como ministro de la guerra. Dimitir es otra incongruencia que acentúa nuestro factor diferencial respecto de las sociedades democráticas, tan tiquismiquis. Herr zu Guttenberg es miembro del partido socialcristiano bávaro CSU, es decir, gente de orden que se zampa el bogavante con la cubertería del Kaiser, pero si hay que invadir Abisinia a las 7 de la mañana, no llegará media hora tarde porque se quedó a ver la tertulia de Intereconomía o la de Canal 9, valga la redundancia. La oposición teutónica acusó al barón de "impostor", "mentiroso" y "ladrón". Total, por haber plagiado una cuarta parte de la tesis doctoral. La Universidad de Bayreuth, donde presentó el desacreditado fajo, le ha demandado por atentar contra la ley de propiedad intelectual y por falso juramento.

Volvamos al continente negro. El muy imputado presidente Francisco Camps prepara su tesis para doctorarse en Derecho. O en revés, según se desprende de la amenaza de ley electoral que, consecuente con sus ensoñaciones, nos llevaría de lo malo a lo peor. Por cierto, ¿qué les parecería como sistema de gran proporcionalidad el llamado Voto Único Transferible? Consulten al señor Google, pero seguro que a las oligarquías de los partidos les espanta, otro motivo para ponerse al día antes de que nos den gato por liebre. Los deseos de Camps son pelín inconstitucionales, algo que tal vez se le ha pasado por alto al tutor Vicente Garrido, también a su servicio en el Consejo Jurídico Consultivo. Aquí es donde la mujer del César se retira avergonzada, pero no es el caso. Y en la Universitat de València miran al cielo, a ver cuándo migran las cigüeñas. Porque siendo Garrido profesor titular en el más medieval de los campus valencianos, también ejerce en Elx, donde al estudiante Camps le hace ilusión exponer su tesis, perdón, la tesis. Estaría bien que, entre tanto crece la expectación, se informase a la ciudadanía cuándo y dónde pagó, asistió y presentó los trabajos correspondientes a los cursos obligatorios de doctorado; qué día y ante qué tribunal optó al Diploma de Estudios Avanzados, trámite -que también se paga- previo a la inscripción de la tesis. La capacidad de Camps da para ajetrearse 28 horas al día, pero la gente es malpensada. Será por el clima, más extremado que en Alemania. Y eso que nadie habla de negros literarios. Además, viendo The Ghost Writer, la última de Roman Polanski, está claro que ciertos menesteres acaban fatal.

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