Decepción y tristeza en Córdoba
La ciudad se queda sin la capitalidad cultural de 2016 tras diez años de trabajo
Córdoba se llevó ayer uno de los chascos más tristes que recuerda la ciudad en los últimos años. Una década de ilusión se esfumó en el tiempo en que el presidente del jurado, Manfred Gaulhofer, tardó en pronunciar el nombre de San Sebastián. La ciudad guipuzcoana fue la elegida para ser Capital Europea de la Cultura en 2016. Se impuso a Córdoba, que partía como favorita, y a Burgos, Segovia, Las Palmas de Gran Canaria y Zaragoza.
A los 13 miembros del jurado, compuesto por dos personas elegidas por el Consejo de la Unión, tres por la Comisión Europea, dos por el Parlamento europeo y una por el Comité de las Regiones, además de otras seis designados por el Ministerio de Cultura, les convenció el discurso de paz ofrecido por los donostiarras. La opción cordobesa, centrada en la convivencia de musulmanes, cristianos y hebreos en la ciudad y su proyección en el futuro, no caló. La duda de si el momento político vasco ha sido determinante, monopolizaba todos los corrillos en Córdoba.
"Los proyectos en marcha se van a cumplir", aseguró José Antonio Griñán
"Tenemos la obligación de mantener un ánimo fuerte", dijo Nieto
La decepción no se podía disimular en el Ayuntamiento. Allí habían sido convocados los vecinos, ante varias pantallas instaladas en la entrada. Un millar de cordobeses se atrevieron a desafiar el calor y salir a la calle para estar allí a las cinco de la tarde. La mayoría vestía la camiseta añil con la estrella amarilla, símbolo de la capitalidad. La participación de los ciudadanos y los colectivos sociales en el proyecto ha sido una constante.
Políticos y vecinos se mezclaban con periodistas y gente de la cultura. Todos atentos al fallo del jurado. Todos convencidos de lograrlo. Un momento después, abrazos, lágrimas y caras de incredulidad. Durante unos segundos nadie parecía entender lo que había pasado. Pero el viaje había terminado. Córdoba fue la primera ciudad española en anunciar que presentaría su candidatura. Fue en 2001, a partir de una iniciativa de la Confederación de Empresarios de Córdoba (Ceco). El testigo lo tomó en enseguida la alcaldesa de entonces, Rosa Aguilar, quien impulsó definitivamente la idea. La apuesta contó con el acuerdo de las principales fuerzas políticas y con el apoyo del mundo de la cultura. Ex ministros como Miguel Ángel Moratinos o Carmen Calvo también hicieron suyo el proyecto.
En septiembre, después de que Málaga fuese eliminada de la carrera, la Junta ofreció también todo su apoyo a la candidatura. La delegada del Gobierno andaluz en Córdoba, Isabel Ambrosio, no pudo negar ayer su "desánimo y desilusión" por la noticia. Pero agregó que "entre todos vamos a ser capaces de sacar conclusiones positivas" porque todo el trabajo que se ha hecho "no puede quedar en saco roto". Ese fue el mensaje que se lanzó desde todas las instituciones: sobreponerse al drama y seguir trabajando por el desarrollo cultural de la ciudad, que ha visto cómo se ha transformado en estos 10 años.
Alguien que visite hoy la ciudad después de una década, encontrará un casco histórico remozado con largos ejes peatonales y modernos edificios de servicios culturales respetuosos con el patrimonio. Como el Museo de Medina Azahara, obra de los arquitectos Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano, el Centro de Creación Contemporánea, de los mismos autores; o el Centro de Recepción de Visitantes, de Juan Cuenca, junto a la Mezquita, el arquitecto del Equipo 57 encargado de restaurar todo el eje del Puente Romano. Y los programas y eventos culturales, como Cosmopoética o la Noche Blanca, se han multiplicado.
El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, aseguró que los proyectos en marcha para la capital cordobesa "se van a cumplir", porque sus activos culturales y su potencia como reclamo turístico siguen igual de vigentes que antes del fallo. "No nos podemos venir abajo", clamó el alcalde, José Antonio Nieto, quien subrayó que Córdoba tiene la "obligación de mantener un ánimo fuerte" y las "ganas intactas de seguir trabajando".
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