El 15-M paraliza el desahucio de un hombre de 61 años
Un desahucio paralizado más. El 15-M se apuntó ayer otro tanto en la lucha contra los desalojos de vivienda. Un hombre de 61 años que vive solo en un apartamento dúplex en Camarma de Esteruelas, a pocos kilómetros de Alcalá de Henares, tenía que dejar su piso por no haber pagado el alquiler de más de 500 euros durante un año. Treinta personas, la mayoría procedentes de la asamblea general de Alcalá y apoyadas por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Madrid (PAH), frenaron la orden judicial. El hombre, divorciado, con un hijo de 13 años que no vive con él, y en paro desde hace más de dos años, acudió al movimiento de los indignados para pedir ayuda.
La asamblea le escuchó y decidió apoyarle. La cita: a las 9.30 en el número 2 de la calle Nueva. Cuando el grupo llegó, la Guardia Civil les estaba esperando. La actitud pacífica de los concentrados y su "única intención" de "hablar" con la comisión judicial que iba a efectuar el desahucio, convenció a los agentes en un primer momento, según David Cobo, portavoz de PAH. Pasados pocos minutos, y siempre según la versión de Cobo, los agentes acordonaron la zona y pidieron a "todo el que no viviera en la calle" que se marchara.
El 15-M no iba a abandonar la protesta pero tampoco tenía intención de enfrentarse a las autoridades, así que las 30 personas se metieron en el apartamento. Al poco, los agentes les informaron de que el desahucio quedaba aplazado hasta que se recibiera una nueva orden del juzgado. Esto proporciona al hombre de 61 años lo que quería: un poco más de tiempo para "buscarse la vida" y un "lugar donde dejar sus cosas".
Dos años en paro
El inquilino del piso había sido músico y había trabajado como compositor comercial y de radio. Cuando dejó de encontrar encargos en su campo, amplió el espectro y fue contratado como "jardinero, limpiador, mozo de carga...", explica Cobo. Durante dos años ha vivido de lo ahorrado y de los seis meses de prestación por desempleo que le correspondía. Hace poco más de un año, se acabó el dinero y el hombre dejó de pagar a la inmobiliaria que le arrendaba el piso. El hecho de que el casero sea una agencia, y no un particular, fue "significativo" para que la PAH decidiese "solidarizarse" con él. "Las inmobiliarias son también responsables de la especulación y el crecimiento de la burbuja inmobiliaria", aclaró Cobo.
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