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Reportaje:

Cómo crear tres millones de empleos

La exportación y el turismo son las dos primeras palancas para la recuperación

"Si destináramos a servicios a los hogares y a las empresas las mismas horas per cápita que dedican en Alemania, generaríamos dos millones y medio de empleos". José Ignacio Conde-Ruiz, investigador de la Federación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), presentó el martes en Valencia un estimulante "ejercicio contable" que arrojaba un saldo de tres millones de empleos netos. Fue en un foro organizado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) sobre la competitividad española en la que un grupo de expertos analizaron los retos que afronta el sector exportador español, "la primera palanca" para la recuperación económica, dada la atonía de la demanda interna.

Se aconseja ligar la inversión nacional en América Latina a actividad comercial

"La segunda palanca", en palabras de Conde-Ruiz, sería el turismo. El sector disfruta de unas expectativas insuperables a raíz de la inestabilidad social política que se ha extendido por el norte de África. Las estimaciones de Conde-Ruiz atribuyen a "los productores de bienes exportables" la generación de 300.000 empleos. Otros 200.000 vendrían de la mano de la masiva afluencia de turistas que se esperan este año en España.

La equiparación de las horas per cápita que se consumen en Alemania en servicios a los hogares o las empresas es otro cantar. Los servicios a los hogares incluyen todos los tipos de comercio. Y los servicios a empresas incorporan todo tipo de asesoría jurídica, técnica, contable, estratégica, etcétera. El gran problema, en uno y otro caso, es que son servicios que hay que pagar. Y el tejido industrial español, compuesto en un 90% por microempresas, no puede permitirse ciertos lujos.

El correlato, terrible, del mismo ejercicio contable es que "tenemos un millón de jóvenes parados con menos de 30 años que fueron expulsados del sistema educativo para cobrar salarios en torno a los 1.800 euros mensuales en la construcción y que carecen de cualquier formación para incorporarse al mercado laboral", sentenció Conde-Ruiz.

Rafael Doménech, economista jefe para España y Europa de BBVA Research, constató que "España recupera sus exportaciones al mismo ritmo que Alemania" y muy por encima de cualquier otro país europeo, a pesar de la apreciación del euro respecto del dólar. El problema, una vez más, se aprecia al definir el perfil de la empresa exportadora. "Son las que arrojan mayores índices de productividad, las que más invierten en capital humano, las que más invierten en I+D, las que mantienen vínculos con empresas extranjeras", un tipo muy alejado de la microempresa que puebla el tejido industrial del país.

Doménech apuntó que "el top ten de las compañías españolas concentra el 90% de las exportaciones". Y aseguró que "las grandes empresas exportadoras son tan productivas como las estadounidenses". Pero la productividad de las pymes es un 25% más baja. Y alertó: "No podemos descuidarnos. China viene desde atrás con una velocidad enorme y muchos países emergentes nos van a rebasar en breve".

Mauricio Cárdenas, colaborador de la Brookings Institution, con sede en Washington, y exministro de Desarrollo Económico de Colombia, identificó a los emergentes que nos van a rebasar. "Taiwan, Singapur, Chile, China, Brasil, Israel, Uruguay... ya se pueden considerar países desarrollados". Cárdenas señaló que "Latinoamérica crece por el elevado precio de las materias primas. El 50% de las exportaciones latinoamericanas son materias primas. Cuyos precios se han disparado por el apetito de China". Una ventura que se ha traducido en la desindustrialización de la precaria estructura productiva latinoamericana. De modo que Cárdenas hizo dos sugerencias: "Ustedes deberían aprovechar la abultada inversión extranjera española en América Latina, esencialmente financiera, y asociarla con sectores comerciales. Y tienen una gran oportunidad para desplazar el exceso de capacidad instalada de la industria española".

Sorprendentemente, desde 1986, año de entrada de España en la Unión Europea, hasta la fecha, las exportaciones españolas han crecido en la Unión Europea y se han reducido las ventas en China o Sudamérica, según datos recabados por Francisco Alcalá, profesor de la Universidad de Murcia e investigador del IVIE. "Tenemos una débil presencia en los mercados más dinámicos", concluyó Alcalá. "No vendemos los productos que más se venden ni los más sofisticados, vendemos porque las empresas han sabido ganar cuota de mercado en productos cuya demanda era estable".

Doménech, del BBVA, ofreció en un coloquio posterior una reflexión para la tranquilidad: "Lo que nos distingue de otros países periféricos de la UE es la calidad y cantidad de la inversión española en el exterior en banca, conglomerados de ingeniería, constructoras y utilities".

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