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Un empresario implicado en la venta de vieira tóxica reincide

Los furtivos usan caros equipos de buceo y se jactan de ganar mucho dinero

Compró vieira tóxica en 2008 y ha vuelto a reincidir. Según el sumario de la Operación Capacho, el propietario del restaurante Marlima de Sanxenxo (Pontevedra) ha adquirido de nuevo marisco fresco contaminado por toxina amnésica a los furtivos de la ría de Ferrol. Supuestamente la cocinaba y servía a sus clientes en dos establecimientos (Marlima I y II) situados en primera línea de playa en Silgar, en el epicentro turístico de las Rías Baixas. La vieira era el emblema del local y uno de los platos recurrentes del menú, con precios que oscilaban entre 5,5 y 15 euros, a pesar de que presuntamente no cumplía las exigencias sanitarias que obligan a eviscerar y etiquetar el molusco gallego.

La operación suma 22 imputados, la mitad de ellos hosteleros

El Marlima es uno de los 11 restaurantes y bares de A Coruña (5) y Pontevedra (4) que figuran en la extensa lista de implicados en la Operación Capacho, que suma 22 personas imputadas por un presunto delito contra la salud pública. Once son los propietarios de otros tantos establecimientos de O Grove, Sanxenxo, Santiago, Sada, A Coruña, Ferrol y Fene. La relación de imputados en esta trama de mercadeo ilegal de marisco la completan seis furtivos de la comarca ferrolana, dos minoristas y tres trabajadores de la hostelería: un camarero, la cocinera y la encargada.

Todos se han visto salpicados por el intenso operativo que la Guardia Civil puso en marcha el 2 de junio para atajar el repunte de la compraventa de vieiras tóxicas para abastecer a los comensales de bodas y comuniones. El restaurante Vilas de Santiago fue uno de los primeros nombres en saltar a la palestra con la detención de uno de sus empleados, pero en la relación que maneja el Juzgado de Instrucción número 3 de Ferrol figuran otros locales de renombre como Don Mexilón, en O Grove, O Calexo, en A Coruña o el Licar, en el puerto de Sada. Los agentes del Seprona y la Policía Judicial también han registrado la parrillada San Isidro, en Bergondo, el restaurante Mundial, en Fene o el bar Juanillo de Ferrol, donde decomisaron 264 vieiras frescas sin eviscerar. Los inspectores de Sanidade de la Xunta, que reforzó los controles cuando se destapó la trama, también han localizado otras partidas de bivalvos sospechosos en Ares y Oleiros.

El número de restaurantes y personas implicadas en la Operación Capacho ya supera al operativo de 2008. Entonces se llamó Operación Cataluña, se desarrolló a principios de septiembre y condujo a la detención de la restauradora gallega Toñi Vicente, el distribuidor de Xanquei, Ramón Queiro, y seis furtivos.

En aquella causa, todavía pendiente de juicio, había ocho locales, cuatro distribuidoras y 17 personas implicadas. El titular del restaurante Marlima repite imputación al reincidir en el mismo delito, al igual que dos furtivos ferrolanos, Higinio Rodríguez Bajo y José Manuel Fernández Santalla, que fueron detenidos en 2008 y 2011 por hechos muy similares, y están en libertad con cargos.

Desde la cofradía apuntan que estos dos furtivos forman parte de un grupo de 10 o 12 personas que son verdaderos profesionales en esquilmar la ría. Manejan equipos de buceo muy caros, apañan vieiras, almejas, centolla o percebe, en función del calendario y las mareas y se jactan de ganar mucho dinero en pocos días con la venta ilegal.

Entre el 2 y el 13 de junio, la Guardia Civil inspeccionó bares, restaurantes, naves y garajes sospechosos de mercadear con vieiras contaminadas en A Coruña y Pontevedra, donde decomisaron más de un millar de unidades. Las analíticas del Instituto para o Control do Medio Mariño (Intecmar) de la Xunta confirmaron la toxicidad del marisco, con niveles de toxina amnésica (ASP) por encima del límite legal, fijado en 4,6 miligramos por kilo de producto fresco. La vieira acumula toxinas que se genera de forma natural. La más habitual es la amnésica (ASP) que afecta al sistema nervioso. Según un informe muy detallado del Imelga, una intoxicación muy grave puede ocasionar la muerte.

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