"La reforma laboral olvida a las micropymes y los autónomos"

"La reforma laboral no sirve para nada porque olvida a las micropymes y los trabajadores autónomos, el 90% del tejido industrial de este país". Carlos Alfonso, catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universitat de València, se mostró ayer tajante en su análisis sobre los posibles efectos del proyecto de reforma laboral aprobado el viernes pasado por el Consejo de Ministros. Alfonso ilustró a miembros de la asamblea de Covaco (Confederación de Comerciantes y Autónomos de la Comunidad Valenciana) sobre los efectos de la reforma en la negociación de los convenios colectivos del sector.

Sin embargo, a lo largo de su intervención matizó su rechazo, incluso destacó varios aspectos positivos del proyecto que debe tramitarse en el Congreso a lo largo de los próximos meses. "El 90% del texto de la reforma laboral estaba pactado entre patronal y sindicatos, lo sé porque yo mismo redacté algunos puntos, pero hay un 10% que no gusta a nadie".

Alfonso subrayó la heterogeneidad del sector comercial, que agrupa desde grandes superficies a pequeños comercios pasando por empresas de marketing telefónico o cadenas con o sin franquicia. Se trata de un sector que, además, está atravesado por decenas de convenios estatales en ámbitos como artes gráficas, loterías, farmacia o gasolineras. Por convenios vinculados a industrias diversas como la construcción o el frío. Y, por si fuera poco, regulado por toda una pléyade de convenios provinciales. El sector del metal, por ejemplo, está regulado por convenios diferentes en cada una de las tres provincias de la Comunidad Valenciana. Alfonso echó de menos, sin embargo, convenios de ámbito autonómico, prácticamente inexistentes.

Pero destacó la importancia de las comisiones paritarias que recoge el proyecto de reforma laboral. Órganos capaces de adaptar a la realidad las regulaciones generales. "No tiene sentido que los restaurantes de zonas costeras paguen horas extra e incumplan todas las regulaciones en verano cuando en invierno no tienen apenas faena. Lo lógico", sugirió el catedrático, "sería que los trabajadores asumieran cierta flexibilidad a cambio de garantías sobre la estabilidad de su empleo, porque si los trabajadores que no se sienten vinculados al sector es muy difícil exigirles profesionalidad".