Un camino lleno de baches
Las empresas españolas que salgan a Bolsa deberán emplearse a fondo
Los problemas de Atento no son un buen presagio en la ajetreada preparación de las próximas salidas a Bolsa de empresas españolas. Un mercado difícil ha obligado a Telefónica a cancelar la Oferta Pública de Venta (OPV) de su filial de atención al cliente, a pesar de haber reducido la banda de precios que valoraba la compañía en 1.000 millones de euros. Recaudar dinero no era la prioridad del grupo de telecomunicaciones. Pero otras empresas españolas en la pista de despegue de las OPV, como Loterías y Apuestas del Estado y Bankia, necesitarán una ejecución perfecta, y mercados más benignos, para conseguir el dinero que necesitan.
El fracaso de Atento no debería sorprender mucho. Los mercados de renta variable europeos han sido volátiles este año, y los volúmenes de negociación, bajos. Se han cancelado aproximadamente 18 OPV en Europa desde principios de año, la mayoría de ellas en las últimas semanas de preparación. Muchas de las que han logrado seguir adelante están cotizando por debajo de su precio de salida.
Telefónica estaba dispuesta a reducir el precio. El operador de telecomunicaciones quiere dar independencia a este negocio, y la salida a Bolsa era el primer paso. Pero no era un paso urgente, y el fracaso no supone un revés irreparable.
Pero las otras OPV españolas están más necesitadas. El Gobierno español espera recaudar hasta 7.500 millones de euros en otoño con una salida a Bolsa parcial de Loterías y Apuestas del Estado. Puesto que genera muchísima caja, el negocio debería venderse fácilmente. Pero su gran tamaño supone un desafío: Loterías y Apuestas del Estado será la mayor OPV de la historia en España. En un mercado difícil, puede que la empresa tenga que encontrar formas imaginativas de distribuir los títulos, como ofrecer acciones a los clientes de sus omnipresentes administraciones de loterías.
Las otras dos OPV que se avecinan -la de la gigantesca caja de ahorros Bankia y la de la más pequeña Banca Cívica- son complejas y requerirán todavía más trabajo. Curiosamente, ambas tienen previsto salir a Bolsa a mediados de julio. El estado de nerviosismo de los mercados es tal que ninguna de las dos quiere correr el riesgo de ser la segunda. Es mucho lo que está en juego: las entidades crediticias tienen hasta finales de marzo para recaudar capital, o se enfrentan a una nacionalización parcial.
Sin embargo, una carrera de OPV está lejos de ser ideal. En Reino Unido, el regulador trabajó entre bastidores durante la crisis para coordinar las ampliaciones de capital de los bancos. Puede que el Banco de España tenga que hacer lo mismo.
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