"Lo que hace la UE es postergar el ajuste"
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha exhibido con orgullo en algunas ocasiones el asesoramiento que le presta uno de los consejeros con más solera del presidente de EE UU, Barack Obama. Paul Volcker (Nueva Jersey, 1927) reduce esos consejos a "diálogos cordiales" y lo justifica por el interés que despierta en él todo lo relacionado con la economía mundial. Esta semana ha pasado por Madrid, invitado por el Aspen Institute España.
Pregunta. Dadas sus visitas con cierta frecuencia a España, ¿cómo ve la situación del país?
Respuesta. Sé que ahora en España la situación está complicada, por lo que resulta interesante hablar con la gente que está en medio del problema. El Gobierno español está tomando medidas realmente heroicas, pero necesitan más.
"Una moneda común exige una gestión económica común"
P. ¿Más ajustes?
R. Todavía no ha cambiado la situación, ni desde el punto de vista psicológico. Hay muchos problemas residuales y de deuda en algunas partes del sistema bancario que se van a tener que solucionar. El problema en términos relativos es grave, pero no tanto como en Grecia, Irlanda y Portugal. Pero va a ser necesario un esfuerzo considerable por parte del Gobierno.
P. ¿En qué áreas?
R. Sobre todo, en el mercado laboral. Yo intentaría que fuera lo suficientemente flexible como para que España pudiera adaptarse y volver a ser un país competitivo.
P. ¿Cómo ve la gestión de la crisis de la deuda europea? Parece que no acaba de encontrar la solución.
R. Europa tiene un problema dentro de la unión monetaria igual al que tiene la economía mundial. Unos países han gastado demasiado y han pedido demasiado dinero prestado, como España lo ha hecho con Alemania, y se ha creado un desequilibrio que hay que corregir. Solo que hay una moneda única que complica la situación. Creo que el euro ha sido una buena idea, pero algunos de los problemas no se han previsto correctamente.
P. ¿Cómo se puede hacer frente a esa situación?
R. Si me permite decirlo, la receta es disciplina. La gente tiene que darse cuenta de que todos los países tienen que seguir la misma línea y que Europa tiene que tomar una decisión: si quiere tener una moneda común, tiene que haber una gestión económica común. No se puede tener una moneda única y políticas completamente independientes. No solo en el ámbito fiscal; también, por ejemplo, en el ámbito laboral. No se puede tener un mercado laboral muy bien protegido y muy rígido en un país de la unión si otros países de Europa son mucho más flexibles. Hay quien quiere tener las dos cosas, aprovechar los tipos de interés bajos del euro, pero ser independiente por otro. Y no es posible.
P. La crisis de deuda soberana ha puesto a algunos países al borde de la suspensión de pagos. ¿Qué impacto tendría para la Unión?
R. Eso sería muy grave para Europa. Los países tienen que mentalizarse de que tienen que hacer un ajuste, pero lo que hacen es postergarlo.
P. ¿Puede añadir más dificultades a este escenario el fin del segundo paquete de medidas de relajación cuantitativa por parte de la Reserva Federal?
R. Yo no haría demasiado hincapié en eso. Espero que la economía estadounidense vaya cogiendo ritmo, pero creo que más importante que esas medidas es el hecho de que muchos de los estímulos fiscales se vayan a reducir en los próximos seis meses aproximadamente. Eso significa que en la segunda mitad del año habrá menos apoyo al crecimiento, ya sea de la política monetaria o de la política fiscal.
P. Usted propuso diversos cambios en el sistema bancario para evitar una repetición de la crisis
R. En EE UU, varias de mis propuestas se han incorporado, pero muchas otras no, que tienen que ver con la regulación, la especulación y el mercado de derivados. Hasta la fecha no ha habido una gran coherencia ni cooperación internacional. Solo existe esta última en relación con los requisitos de capital.
P. Se refiere a Basilea III.
R. Sí, ahí hay cosas muy importantes
P. ¿Se está quedando Europa rezagada con las reformas?
R. Se argumenta siempre que Europa tiene el problema de tener que llegar a un acuerdo entre los muchos países europeos que hay. Pero Reino Unido tiene una gran responsabilidad, por ser el gran centro financiero europeo, el segundo detrás de EE UU, y no tiene las complicaciones del euro.
P. ¿Ha visto el documental Inside job?, ¿qué le parece?
R. Desde mi punto de vista, creo que cuenta la historia que quiere el director, pero algunos de los hechos y de las actitudes de las que hablan son una realidad. Lo que hay que cambiar es el marco mental.
P. ¿Cree que el marco mental que nos llevó a la crisis sigue en pie?
R. Me temo que sí por mucho que a mí me gustara que cambiara. No creo que hayamos eliminado las posibilidades de que haya otra crisis y tenemos muchísimas cosas por hacer. Hay un gran número de responsabilidades que recaen sobre el ámbito intelectual, financiero, político, etcétera. Todos combinados, deberían lanzar un mensaje general.
P. Menos palabras y más acción, ¿no?
R. Bueno, más acción coherente. Como sabe, había una teoría que postulaba que el mercado podía cuidar de sí mismo. Con toda la sofisticación de las nuevas técnicas, la ingeniería financiera, las innovaciones más recientes, creíamos tener una base sólida. Pero eso ha resultado ser un espejismo. De ahí se puede extraer una lección muy importante. -
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