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Reabierto el caso de la anestesia contaminada

El juez interrogará a los médicos de Ourense que atendieron al fallecido

La familia de Manuel Castro, que en septiembre pasado entró sano y por su propio pie en el Complexo Hospitalario Ourensano (Chou) para someterse a una colonoscopia y falleció minutos después de que le inyectaran la anestesia, desconoce las causas de su muerte. Solo sabe, porque lo revela la autopsia y porque lo reconoció el Sergas, que el sedante, Propofol, estaba contaminado, pero desconoce las causas de ese estado letal. Medio año después, los familiares no saben si la anestesia fue mal manipulada, si estaba contaminada en origen o si en lugar de una monodosis le inyectaron de un recipiente mayor.

Ayer, la viuda de Castro compareció serena y reivindicativa ante los medios de comunicación. "Queremos saber qué pasó", repitió hasta la saciedad. Ni ha cobrado indemnización, ni el Sergas se ha puesto en contacto con ella. No sabe por qué se murió su marido, a los 46 años, en un hospital de la red pública gallega. En febrero, el juzgado que instruía la causa ordenó el archivo. Ahora, la Audiencia de Ourense acaba de ordenar al juzgado de instrucción número 2 que reabra la investigación. El titular de este juzgado la archivó "coincidiendo con la demanda de la familia del fallecido de que declararan los médicos implicados en la muerte de Castro", sostiene el abogado de la viuda, José Arcos.

La Audiencia cree que la causa se archivó "injustificadamente"

La Audiencia coincide con la familia en exigir la investigación judicial de los hechos. En el escrito, los magistrados consideran "injustificado" el archivo de la causa, ya que entienden que "no se practicaron las diligencias completas de clarificación de los hechos". Por ello, instan al juez instructor a que practique las pruebas que pide la familia del fallecido y, en contra del argumento que da pie el archivo de la causa, advierten de que tales pruebas "no son inútiles o impertinentes" para la investigación, sino necesarias.

"Mi marido se murió hace seis meses por una mala práctica del Sergas, pero aún no se han puesto en contacto conmigo", repite la viuda de Manuel Castro como una cantinela. "No sabemos por qué se murió y queremos que se investigue" judicialmente. "Quien calla es que tiene algo que ocultar y hasta que no haya una investigación judicial no sabremos qué", sostiene Arcos, tras puntualizar que, "documentalmente", solo sabe que hubo un fallo con el Propofol. "No sabemos nada, salvo que Manuel Castro entró sano, joven y por su pie para someterse a una prueba rutinaria y murió en la camilla". Solo falleció él -por un "fracaso multiorgánico" tras convulsionar instantáneamente-, pero ese mismo día, una decena de ourensanos que iban a someterse a diversas endoscopias tuvieron síntomas similares, tras ser inyectados con el Propofol contaminado, y algunos de ellos fueron ingresados en la UCI.

La dirección provincial del Sergas y la del complejo hospitalario ourensano reconocieron la contaminación del producto sedante e insistieron en que se habían utilizado virales monodosis. Pero no hay evidencias.

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La orden de apertura de la causa obliga ahora a declarar ante el juez, el próximo día 15, al médico que realizó la prueba y al jefe de servicio. "Si se concluye que no hay responsabilidad penal, el Sergas tendrá al menos que asumir la administrativa" e indemnizar a la familia, sostiene Arcos. Pero hasta ahora, mientras la viuda insiste en que se investigue "qué pasó", el Sergas calla. Los familiares de Castro niegan que la Consellería de Sanidade se haya puesto en contacto con la familia, a pesar de que los sostiene en público. "Solo lo hace para lavar su imagen, porque nadie nos ha llamado en todo este tiempo". El letrado de la acusación particular confirma el dato.

Arcos destaca que el único acercamiento del Sergas se produjo a raíz de la rueda de prensa que dio para denunciar la situación. "En cuanto salió en los medios de comunicación me llamó alguien que dijo que representaba a la Consellería de Sanidade y pidió que intentáramos llegar a un acuerdo extrajudicial".

El abogado sostiene que tras esperar ese acercamiento que no llegaba lo intentó él mismo. "Pero el Sergas me desvió a la compañía de seguros que, a su vez, me remitió al Sergas". Una espiral inacabable.

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