Porro reclama gobernar Vigo tras el rechazo del BNG a formar bipartito
"Lo justo sería que gobernase la lista más votada", dice la candidata popular
La candidata del PP a la alcaldía de Vigo, Corina Porro, reclamó ayer su derecho a gobernar la ciudad después de que el BNG se pronunciara contra la renovación del gobierno de coalición con el PSOE. Los nacionalistas apoyarán la investidura de Abel Caballero, aunque "no será un cheque en blanco", y contribuirán "a no permitir que gobierne la derecha en la ciudad", según precisó ayer mismo su portavoz, Santiago Domínguez. La socialista Carmela Silva respondió expresando su convencimiento de que no habrá "ningún problema" para que el BNG "apoye todo" lo que el PSOE "pongabre la mesa, como copartícipe de la transformación de la ciudad en los últimos cuatro años". "Vamos a seguir gobernando con los mismos objetivos", aseguró Silva.
En el PSOE no entienden que el BNG renuncie al pacto de gobierno
El BNG emprende esta nueva etapa "con más ilusión y ganas de trabajar que nunca", según Domínguez. Los réditos de su gestión los ha cobrado el PSOE, según la lectura que hacen los nacionalistas de los resultados electorales y tendrán, primero, que abordar un contacto directo con la ciudadanía para resolver algunas incógnitas: "En qué nos equivocamos y en qué tenemos que virar", insistió el actual teniente de alcalde en funciones.
La decisión de dejar gobernar al PSOE en minoría fue adoptada en la noche del jueves por abrumadora mayoría de la asamblea local nacionalista, incluidos sus actuales cinco concejales en funciones. Tras asumir su participación en un Gobierno "que garantizó la estabilidad y la transformación de la ciudad", Domínguez criticó que faltó en el PSOE la lealtad que el BNG sí le brindó. Concretó esa falta de lealtad en episodios como "apropiación de los logros, la falta de respeto a las competencias o el mirar al BNG no como parte del Gobierno, sino como rivales en el Gobierno".
Domínguez indicó que los posibles acuerdos con el nuevo Ejecutivo que forme Caballero dependerán de si este hace "políticas progresistas, de izquierdas, para los trabajadores y que respeten nuestra cultura y nuestra lengua", principios desde los que se mostró dispuesto "a pactar con quien sea", incluso el PP, si se trata de llevar adelante "políticas sociales y de impulso de los servicios públicos". Aunque avanzó que lo primero que pedirá al PP será una reclamación conjunta a la Xunta para que "no siga discriminando la ciudad".
En el PSOE ha desconcertado la decisión de los nacionalistas, según señalaba ayer mismo Carmela Silva, número dos de la lista de Caballero. "Acertaron apostando por nuestro proyecto durante estos cuatro años. No entendemos que no podamos seguir con ellos, aunque estoy convencida de que vamos a confluir en los mismos objetivos y de que nuestras medidas e iniciativas serán asumibles y no habrá dificultad para llevarlas adelante con su apoyo", dijo Silva.
Dado que el objetivo común, subrayó la portavoz socialista, es trabajar por Vigo, "será fácil, con diálogo, llegar a acuerdos. E incluso me gustaría que el PP se sumara al objetivo compartido".
A los socialistas no se les pasa por la cabeza -y, según parece, tampoco a los nacionalistas- que pueda producirse una situación equivalente a la del mandato 2003-2007, cuando Ventura Pérez Mariño fue desalojado de la alcaldía por un acuerdo del PP y BNG que facilitó el gobierno en minoría de Corina Porro. La candidata popular recordó ayer esa experiencia y tendió el lazo a los nacionalistas mostrándose "dispuesta a llegar a acuerdos puntuales", como ya hiciera en el citado mandato, a su juicio, con buenos resultados de gestión y pese a gobernar con presupuestos permanentemente prorrogados. Por el contrario, el desmarque ahora del BNG "demuestra que no hubo entendimiento y que algo falló en el bipartito", dijo Porro. Aunque no fue este su argumento principal.
Si el PP no ha cesado nunca de reivindicar, sobre cualquier alianza de otros partidos, su derecho a formar gobierno como fuerza más votada, ahora, en la expectativa de un gobierno en minoría, siente reforzada esa reclamación. El PSOE obtuvo el 34% de los votos y el PP, el 42%. Que gobierne la lista más votada es lo que garantiza "la legitimidad del sistema democrático", dijo el secretario general del PP gallego, Alfonso Rueda, junto con Rafael Louzán, presidente provincial del partido en Pontevedra. Ambos alertaron de la situación de Vigo como "un primer foco de inestabilidad" y "una muestra de desgobierno".
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