El Bilbao arrasa a un Madrid menor
Los triples y la intensidad del equipo de Katsikaris pone contra las cuerdas al de Molin
El Bizkaia Bilbao dejó al Madrid para el arrastre en un partido sin medias tintas, decantado desde el principio y en casi todas las facetas del juego por el equipo que dirige Fotis Katsikaris. La paliza fue impresionante y obliga al Madrid, que firmó su peor anotación en 46 años en la Liga -en febrero anotó 52 puntos frente al Valencia en la fase regular de la ACB y en la Euroliga se quedó en 49 puntos ante el Charleroi-, a ganar el cuarto encuentro si no desea quedar eliminado.
El estado de gracia del Bizkaia Bilbao es proporcional a la impotencia de un Madrid anémico, sin rebote, con una capacidad ofensiva bajo mínimos, una caricatura. Emanuele Molin, su entrenador, le dio vueltas al asunto, puso a tres pequeños en el tercer cuarto y se observó una pequeña reacción (45-40 a un paso del último cuarto). Un espejismo. El Bilbao volvió a poner tierra de por medio como si nada (56-40) y dejó el partido resuelto mucho antes de los últimos minutos.
BIZKAIA BILBAO 68 REAL MADRID 51
Bizkaia Bilbao: Jackson (8), Blums (12), Mumbrú (8), Mavroeidis (5) y Hervelle (9) -equipo inicial-; Warren (2), Fisher (3), Banic (13), Vasileiadis (8) y Vázquez (0).
Real Madrid: Prigioni (0), Llull (7), Suárez (5), Reyes (3) y Tomic (6) -equipo inicial-; Sergio Rodríguez (18), Mirotic (4), Fischer (3), Tucker (2) y Begic (3).
Árbitros: Amorós, Pérez y Jiménez. Eliminaron a Sergio Rodríguez por personales.
Unos 8.500 espectadores en el Bilbao Arena.
4º CUARTO
3º CUARTO
2º CUARTO
1º CUARTO
22-13
11-8
15-19
20-11
Un equipo como el Madrid no puede quedar reducido a los impulsos individuales de un Llull que se cargó pronto de faltas, o de un Sergio Rodríguez tan inspirado a veces como ofuscado otras. No puede ser el Madrid tan blando bajo los aros, que cace 13 rebotes menos que el Bilbao. No puede ser sacado de quicio hasta el punto de que Prigioni cometa una falta porque sí o Fischer sea castigado con una antideportiva cuando su equipo se debate por recuperarse de la tunda. No puede anotar ocho míseros puntos en todo un segundo cuarto. No puede permitirse el lujo de no defender encima a jugadores como Blums, Mumbrú, Vasileiadis o Jackson, capaces de sumar diez triples. No puede combinar tan mal que ni es capaz de sacar canastas limpias cerca del aro ni afinar la puntería desde fuera del perímetro, con dos triples en sus 15 intentos. El desastre fue tan general en el Madrid que se impone un borrón y cuenta nueva para el que no dispone de mucho tiempo: mañana se disputa el cuarto partido.
El Bilbao, en cambio, está pletórico. Hervelle es una lapa y un incordio para los pívots rivales, Jackson es un base capaz de todo, veloz, reboteador y que aporta sus puntos a pesar de que ante el Madrid falló más de la cuenta. Banic, con 13 puntos y 11 rebotes, se comió a los pívots del Madrid y Blums fue una máquina de anotar. Dio la sensación de que Katsikaris tenía un plan, con alguna defensa en zona, ritmo de juego y fases de presión que descentraron al Madrid. Molin se quedó impávido, sobrepasado. Felipe Reyes y Begic jugaron poco y mal, más o menos lo mismo que Mirotic, y el equipo naufragó en todas las líneas.
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