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El BNG revisará caso por caso los acuerdos con los socialistas

Si en algo parecen coincidir todas las corrientes internas del BNG, que hoy se reúnen en el primer Consello Nacional de la organización después de las elecciones municipales, es en que no habrá cheque en blanco para los socialistas. El pacto global que, desde 1995, rubricaban PSdeG y nacionalistas, por el que intercambiaban apoyos en los ayuntamientos donde la derecha no obtenía la mayoría absoluta, no conocerá una reedición. Ya durante la campaña electoral, el secretario general de los socialistas, Pachi Vázquez, lo había descartado y se había escudado en la situación concreta de cada consistorio.

Fuentes de la dirección del Bloque cercanas a Alternativa pola Unidade -sensibilidad política nucleada por la UPG y a la que pertenece el portavoz nacional, Guillerme Vázquez- explican que la situación ha cambiado desde los comicios anteriores, en 2007. "Entonces no había crisis y el PSOE no había tomado las medidas que tomó Zapatero hace un año", afirman. La revisión de los resultados y de la posibilidad o no de entrar en equipos locales con el PSdeG "caso por caso" es la receta. Y con ella coincide, a grandes trazos, MáisGaliza, cuyos miembros son, después de Alternativa pola Unidade, los más numerosos en el Consello Nacional.

"Que decida la asamblea"

"Debe haber como mínimo un pacto de investidura", considera Carlos Aymerich, portavoz parlamentario y líder de MáisGaliza, "nuestros votantes no entenderán que dejemos gobernar al PP o que demos un espectáculo como el de Izquierda Unida en Extremadura". Pero la decisión de entrar o no en los gobiernos municipales bipartitos tendrá que partir, a su juicio, de las asambleas locales del BNG.

Pese a que la valoración de los resultados electorales realizada por la Executiva Nacional de la organización los calificaba de "moderadamente satisfactorios", ni MáisGaliza ni Encontro Irmandiño -la facción que encabeza Xosé Manuel Beiras- se pliegan al diagnóstico. "Los resultados no son buenos, seguimos perdiendo votos", indica Aymerich. La valoración de los irmandiños resulta más contundente: "Son muy negativos". Que, con la excepción de Pontevedra, los nacionalistas hayan bajado en todas las ciudades contribuye al análisis negativo. Aunque, y en eso vuelven a coincidir, los regidores nacionalistas que han aumentado su apoyo -Pontevedra, Teo, Carballo o Tomiño- demuestran que no se trata de corrientes internas, "sino de unidad, pluralismo y confianza" en la organización.

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