El ocaso de la vieja guardia socialista del sur
El PSM solo tiene seguro el Gobierno de dos de los seis grandes municipios
La carretera se estaba acabando, el viaje llegaba a su fin, pero la vieja guardia socialista del sur de Madrid seguía montada en la furgoneta. El vehículo ha quedado ahora al borde del precipicio y medio vacío. Ellos lideraron la conversión en ciudades industrializadas de estos pueblos que acogieron a muchos inmigrantes, andaluces y extremeños. La comarca se convirtió en un bastión inexpugnable de la izquierda conocido como El cinturón rojo. Tras el 22-M, de todo esto queda más bien poco.
El resultado de las últimas elecciones revela un cambio de tendencia política. Ha llegado un nuevo tiempo en el que el Partido Popular (PP), visto con desconfianza hace una década, acapara gran parte del poder. De los seis alcaldes del PSOE en grandes municipios (Leganés, Alcorcón, Aranjuez, Getafe, Parla y Fuenlabrada), los socialistas solo están en condiciones de salvar los dos últimos Ayuntamientos mediante pactos o acuerdos puntuales con Izquierda Unida (UI). Getafe es un caso aparte. Pedro Castro, alcalde desde hace 28 años, trata de convencer a última hora a UPyD de que apoye su investidura. Castro, alcalde de la ciudad desde 1983, nunca se había encontrado en una situación semejante.
Los regidores creen que el voto ha tenido un marcado carácter nacional
Los socialistas lamentan que el PP haya convertido las elecciones locales en un plebiscito de la gestión del presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Creen que eso les ha pasado factura.
A lo largo de las carreteras que cruzan el sur de la región (A4, a-42) es frecuente aún hoy encontrar enormes carteles de fondo rojo con la imagen de Zapatero y Tomás Gómez, secretario general del PSM. Los dos aparecen riéndose y en actitud distendida junto a una leyenda: 5 millones de parados. La Junta Electoral obligó al PP a poner su logo, que no aparecía. Esa es la estrategia, poco sutil, de la que sin embargo algunos históricos dirigentes del sur no han podido desembarazarse.
Después de esta dura derrota, el primero en anunciar que deja la política local ha sido el alcalde de Alcorcón en funciones, uno de los pesos pesados dentro del socialismo madrileño. Enrique Cascallana, de 58 años, decidió ayer tirar la toalla. Rodeado de concejales y afiliados, anunció con cierta solemnidad que no piensa recoger su acta de concejal el próximo 11 de junio cuando se constituyan las corporaciones locales.El alcalde de Alcorcón en funciones, Enrique Cascallana, evita así ser el portavoz del principal grupo de la oposición tras haber perdido el sillón presidencial el pasado 22 de mayo, cuando el PP, con David Pérez a la cabeza, obtuvo la mayoría absoluta para gobernar.
El Partido Popular logró el pasado domingo la mayoría más holgada de toda la democracia en el municipio con 15 concejales y dejaba a la principal fuerza política, el PSOE, en un incómodo segundo puesto con nueve ediles. Cascallana, que llevaba ocho años en el cargo, aseguró que no quería sentarse en los bancos de la oposición y contaminar el debate político: "No deseo que nadie haga oposición a la oposición". Su puesto de portavoz lo ocupará la número dos de la lista y actual primera teniente de alcalde en funciones, Natalia de Andrés. "Natalia va a dirigir la oposición como sabemos hacer los socialistas, desde las propuestas, el reconocimiento, la lealtad institucional y la humildad".
El alcalde en funciones adelantó que en ningún caso su anuncio significa una renuncia a la actividad política. Eso sí, tendrá que elegir entre senador y diputado de la Asamblea de Madrid, ya que formaba parte como número nueve de la candidatura de Tomás Gómez. "Creo que es el momento de nuevos planteamientos desde la oposición, de analizar lo que ha sucedido y de proyectar nuevos valores y nuevas medidas dentro del PSOE", destacó Cascallana al anunciar su renuncia. "Hay que trabajar por recuperar la confianza de los madrileños y más concretamente de los vecinos de Alcorcón hacia los valores del socialismo", añadió Cascallana.
El futuro alcalde popular de Alcorcón, David Pérez, mantuvo una actitud educada con su antecesor: "Respeto la decisión de Enrique Cascallana. Le deseo suerte en su nuevo destino".
Quien no ha dado signos de querer abandonar el ámbito municipal es el alcalde derrotado de Leganés, Rafael Gómez Montoya. 14 años más joven que Cascallana, no ha hablado públicamente desde la noche del domingo, pero a través de Twitter ha confirmado que ejercerá la oposición. Uno de sus seguidores en la red social le preguntó si iba a seguir y dijo que sí. El mismo follower quiso profundizar y le pidió que analizase la derrota. "Esa reflexión no cabe en un tweet". Comentará la derrota en unos días en su web. El Ayuntamiento de este municipio pasará a manos del PP, que busca una alianza con el partido independiente Unión por Leganés (ULEG) para gobernar en mayoría. El PP, en cambio, no necesitará ningún apoyo en Pinto y Aranjuez, ciudades del PSOE, para mandar. Miriam Rabaneda recupera la Alcaldía pinteña tras la moción de censura que sufrió en 2008.
Manuel Robles, el primer edil de Fuenlabrada, es de los pocos que ha podido salvar la plaza del empuje del PP. "La derrota no ha estado relacionada con la gestión que se ha hecho en nuestros ayuntamientos", opina. "La izquierda ha liderado la transformación de estas ciudades. Ha habido un voto en clave nacional", añade. ¿Podrá recuperar la izquierda el terreno perdido? "Soy optimista a medio y largo plazo". ¿Cómo podrá hacerlo? "Haciendo una política más cercana, que se centre en los problemas cotidianos y en los servicios sociales".
Parla, ciudad de la que Tomás Gómez fue alcalde, seguramente también estará gobernada otros cuatro años más por la izquierda con una coalición entre el PSOE e IU, pero sus estadísticas representan mejor que ninguna otra ciudad el avance de los populares. Los socialistas han pasado de cosechar una mayoría abrumadora en 2007, con un 74% de los votos, récord en municipios de su tamaño, a rebajar ese porcentaje este domingo hasta 37,18%, lo que le da el mismo número de concejales que el PP. IU salva la cara. Aún así, el alcalde, José María Fraile, hace una lectura positiva del resultado: "La voz de los vecinos se ha manifestado en las urnas y nos han dicho que quieren que la ciudad siga gobernada por formaciones progresistas y continuar de este modo el avance impulsado en los últimos años". Opta por no perder ni un minuto más en análisis y ponerse a trabajar desde ya.
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