Osasuna cumple sin agobios
El cuadro navarro mantiene el tipo ante un Villarreal aseado y sin tensión
Osasuna cumplió con su cometido y venció sin alardes a un Villarreal suave, pulcro y sin maldad, en un partido con escasas asperezas ni malas intenciones. Llegada la última jornada, tuvo la fortuna Osasuna de encontrarse con un Villarreal relajado. Sin tensión, el conjunto castellonense se dedicó a tocar, siendo preciso en el pase y escasamente profundo. Un punto necesitaba Osasuna para salvar la categoría sin tener que atender a los otros campos. Y su propuesta tuvo tal intención sin más, aumentando su ambición con el paso de los minutos y la escasa pujanza de un Villarreal que terminó claudicando y concediendo a Osasuna la tranquilidad de una nueva temporada en Primera.
Osasuna adelantó la línea de presión hasta el área de Diego López para incitar al error a la defensa amarilla en la que debutaba Carlos Tomás, otro central de la cantera de un Villarreal que no pudo ni completar la convocatoria. Mientras, Mendilibar apostó por la experiencia y el carácter de Pandiani por detrás de Kike Sola, el goleador en los últimos partidos que ha mantenido vivo a Osasuna hasta la última jornada. Del delantero uruguayo nació la primera ocasión del conjunto rojillo tras un error defensivo del Villarreal que solucionó un Diego López entero y sin secuelas de su despedida de soltero, celebrada a mitad de semana y en la que participó toda la plantilla amarilla.
OSASUNA 1 - VILLARREAL 0
Osasuna: Ricardo; Damiá, Miguel Flaño, Sergio, Monreal; Puñal, Nekounan (Soriano, m. 71); Álvaro Cejudo (Calleja, m. 87), Pandiani (Vadócz, m. 61), Camuñas; y Kike Sola. No utilizados: Riesgo; Oier, Lolo y Lekic.
Villarreal: Diego López, Carlos Tomás, Catalá, Capdevila; Borja Valero (Natxo Insa, m. 80), Senna (Wakaso, m. 54), Bruno, Cazorla (Matilla, m. 63); Rossi y Marco Ruben. No utilizados: Juan Carlos; Cicinho y Joan Oriol.
Goles: 1-0. M. 41. Álvaro Cejudo a pase de Puñal.
Árbitro: Turienzo Álvarez. Amonestó a Mario.
Alrededor de 20.000 espectadores en el Reyno de Navarra, lleno absoluto en último partido de Liga.
Osasuna tuvo pocos problemas para evitar que Ricardo trabajara. Más costoso le resultaba crear fútbol, no así las ocasiones, caídas ellas del cielo o de los centros desde las bandas, producto más de la pasión y el ánimo, que del buen criterio y un juego ortodoxo. Y para sorpresa de propios y extraños, Álvaro Cejudo se atrevió con un disparo lejano y ajustadísimo al palo al que Diego López no llegó a acudir. Para evitar suspicacias, no se rindió el Villarreal que le faltó acierto. Para alivio de Osasuna que hizo sus deberes correctamente en la última jornada. Y sigue siendo de Primera.
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