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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Robert Ellsworth, el 'fontanero' más fiel de Nixon

Contribuyó a la reelección del presidente de EE UU en 1968

Hundido bajo la pesada lápida política del escándalo Watergate, pocos defensores ha tenido el legado del fallecido expresidente estadounidense Richard M. Nixon. Uno de ellos falleció el lunes 9 de mayo en California a los 84 años. Robert Ellsworth, nacido en 1926, fue un congresista por Kansas que ayudó a Nixon en su victoria electoral de 1968, como director político de su campaña y pasó a formar parte de su círculo más íntimo de asesores.

A pesar de sus muchos logros en la vida política de Washington, una de las decisiones más importantes de Ellsworth fue seguir cultivando la amistad de Nixon tras su deshonrosa dimisión en 1974. Su labor fue crucial en explicarle a EE UU que, aquel presidente que había tenido que exclamar en una rueda de prensa de 1973 la célebre frase "no soy un sinvergüenza", había logrado muchos avances que siguen teniendo resonancia: el inicio de la retirada de Vietnam, la creación de la Agencia Medioambiental y, algo que solo alguien como él podía lograr en 1972, una visita a China y la restauración de relaciones con Pekín.

Ambos hombres comenzaron una sólida amistad en 1960, el año en que Nixon perdió las elecciones frente a John F. Kennedy. Ellsworth era congresista por Kansas, después de haber servido en la Marina durante la guerra de Corea. Kansas fue precisamente uno de los Estados que ganó Nixon. Cuando volvió a presentarse para la presidencia, en 1968, contó con Ellsworth como director político de su campaña. Lyndon Johnson no se presentaba a la reelección. Su adversario era el vicepresidente Hubert Humphrey. La labor de Ellsworth fue una lección de maestría estratégica: apeló a lo que el equipo de Nixon entendía como la mayoría silenciosa, un inmenso cuerpo de votantes conservadores hartos de las políticas progresistas e intervencionistas de Johnson, el presidente que aprobó los derechos civiles.

Tras su victoria, Nixon eligió a Ellsworth como miembro de su reducido grupo de cinco asesores y le envió a Europa para entablar los primeros contactos de la nueva Administración. A pesar de su gusto por la política, antes de entrar en la Casa Blanca ya expresó a la prensa su voluntad de dedicarse plenamente a su verdadera profesión, que era el derecho. Fue asesor de Nixon un año. Luego fue nombrado embajador ante la OTAN, puesto que dejó en 1971. Regresó a Washington en la segunda Administración de Nixon, pero no a la Casa Blanca, sino al Pentágono. Allí ocupó puestos de relevancia hasta 1977.

Hay un río aquí en Washington que separa la capital federal, donde está la Casa Blanca, de Virginia, donde se halla el Pentágono. A medio camino está el hotel Watergate. Desde Virginia, Ellsworth vio desmoronarse a Nixon y a su círculo más íntimo. Ajeno a las maquinaciones que llevaron al allanamiento de la sede del Partido Demócrata en aquel hotel, Ellsworth asumió la determinación de apoyar a su jefe y amigo. El resto de su vida defendió su legado desde distintas fundaciones. Y no lo hizo por convicciones políticas. Era republicano moderado. Tanto, que en 2008 pidió el voto primero para Hillary Clinton y luego para Barack Obama.

Robert Ellsworth (izquierda), junto a Richard Nixon y al vicepresidente de EE UU, en 1969.
Robert Ellsworth (izquierda), junto a Richard Nixon y al vicepresidente de EE UU, en 1969.MIKE LIEN (NYT)

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