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EL PRESIDENTE DE LA XUNTA EXPLICA SU CAMPAÑA A EL PAÍS | Elecciones municipales

"Necesito a los alcaldes de las ciudades para hacer la Galicia única"

Feijóo reconoce que Baltar debería dar cuenta de algunas de sus actuaciones

Alberto Núñez Feijóo apaga la luz del flexo que le acompaña en el asiento trasero mientras el conductor aparca a las puertas de Monte Pío. Han amainado el viento y el calor. La bandera de Galicia apenas ondea en lo alto de la residencia oficial. Agoniza un lunes que el presidente intenta alargar tomando la última carpeta: el discurso que pronunciará a la mañana siguiente en el Día das Letras Galegas en Monforte y que todavía tiene por leer. Viene de Narón, de apoyar a un candidato novel con escasas posibilidades de hacer algo más en estas elecciones que darse a conocer entre sus vecinos.

Era el octavo y último acto de la jornada, sumando los de partido y otros presuntamente institucionales relacionados también con la cita del domingo. Está exhausto, lo delatan el tono de voz y las ojeras, pero su milimetrada agenda augura otro tanto para mañana. Y así hasta el sábado de reflexión. Su primera caravana desde el poder pudiera parecerse a la anterior. "El esfuerzo personal es casi el doble pero te compensa porque los actos están llenos y cuando entras al mitin te olvidas del cansancio. Estamos viendo mucha gente y con muchas ganas". Habla en plural porque Feijóo no se entiende sin su equipo.El equipo presidencial está compuesto por las mismas cuatro o cinco personas que estaban en 2007, cuando todo se hacía cuesta arriba. Dos de ellos son ahora directores generales de la Xunta y un tercero, su jefe de gabinete. Si entonces se quejaba de no salir en los medios, ni públicos ni privados, ahora va sobrado de telexornais. Su presencia en los actos garantiza foto en los periódicos y Feijóo no rehúye las entrevistas a ningún medio, tampoco a los locales. Eso explica que acuda a siete mítines diarios. Por eso y porque aunque le cueste admitirlo, las encuestas dicen que los votantes valoran mejor al presidente que a sus candidatos, sobre todo en las ciudades. Paradójicamente la prensa que le sigue en la caravana no ha podido hacerle preguntas.

Los resultados del 22-M "serán algo histórico, que nadie en el PP recuerda"
"La idea de la Galicia única no es mía y se hará, lo vea o no Feijóo"
"Los bipartitos se aprovechan allí donde a nosotros nos faltan 100 votos"
Alaba a Felipe González: "Con él serían impensables algunas cosas"

Las siglas del PP también cotizan al alza cuatro años después, y Feijóo ya no tiene que esconderlas. Habla de su objetivo que es ganar las siete ciudades, "algo histórico que nadie en el partido recuerda" y hacerse con las cuatro diputaciones. Ese sería el éxito, lo demás dependerá de "si el balón que pega en el poste entra o sale para fuera". Enseguida aclara que estas municipales dirimen algo más que saber si Feijóo o el PP salvan los muebles. Está en juego su proyecto de Galicia única, incompatible "con unos alcaldes que, siendo del mismo partido, no es que no hablen entre sí, es que están constantemente diciendo lo contrario". Para cambiar esa deriva pide el voto por Negreira en A Coruña, Porro en Vigo y Conde Roa en Santiago. "Necesito a los alcaldes, la Galicia única será, no es una idea mía, la pregonaban los nacionalistas hace 30 años, y se hará, lo vea o no Feijóo".

Pensando en la noche del domingo recurre al mantra de que debe gobernar la lista más votada. Esta letanía se diferencia de otras que repite en los mítines en la convicción con que la expresa. Desacredita las coaliciones que se "aprovechan allí donde al PP le faltan 100 votos" y augura convencido que su partido, el PSOE y los nacionalistas pactarán algún día que gobierne el que tenga más votos. "Si no, estaremos creando partidos independientes, bisagra, dobles listas y yo no comparto esa forma de hacer política". Su deslegitimación de las coaliciones explica en parte la tolerancia que él mismo ha demostrado hacia algunas prácticas de sus barones provinciales, como las mociones de censura con tránsfugas. Su idea la resume así: es legítimo que haya un pacto para completar mayorías o para desbancar a un gobierno que lleva mucho tiempo, como pasó con el bipartito o sucede ahora en Euskadi. El resto son coaliciones legales con las que no comulga. Tampoco lo hace con los tránsfugas, o eso dice, pero el domingo unos cuantos irán en sus listas, por más que Feijóo evite la foto junto a ellos impidiendo que su coche pare en determinados ayuntamientos. Ahora circula por la autopista AP-9, respetando el límite máximo de 110 kilómetros por hora.

¿Casa presentar a tránsfugas por el PP con sus reiteradas promesas de regeneración? El presidente suspira antes de responder y apela a las reglas de su partido según las cuales "las listas las hacen los candidatos". De paso recuerda que el PSOE "se saltó antes el pacto antitrasfuguismo en Benidorm" e insiste: "Pese a todo yo no era partidario de llevarlos".

¿Significa eso que sus convicciones democráticas dependen de lo que hagan los socialistas? No es eso lo que había prometido. La regeneración en sus listas depende del PP y de Feijóo. "Sí, de los dos. Feijóo no es el único que manda en el PP y no tengo capacidad para imponer según qué cosas. No se me consultan los 315 candidatos, a algunos los conozco en el momento de nombrarlos. No me desentiendo de mi responsabilidad, comprendo esa contradicción que creo que es explicable y que otros creerán que es flagrante, pero pensar que Feijóo es un ciempiés que controla todas las listas es subestimar al partido".

Su Citroën circula entre Narón y Ferrol mientras la conversación deriva hacia Ourense. El presidente, que tampoco ha mitineado junto a Baltar, ensaya un discurso híbrido: no se desentiende pero tampoco llega a defender del todo a su barón, convertido en un dolor de muelas para algunos de los suyos. Tras un leve titubeo, admite que hay cosas que el eterno dirigente ourensano debería aclarar. "Si todo lo que se dice de Ourense fuese verdad, allí no ganaría Baltar, tampoco podemos pensar que no tenemos un mínimo de inteligencia. Hay cuestiones que Baltar me consta que no hace y otras que me consta que debería explicar. Cuando veo los 3.000 contratos que hizo el bipartito con las elecciones convocadas para limpiar cunetas o que el presidente de la Diputación de Lugo acaba de contratar a 900 personas..."

El resto del trayecto es una sucesión de palos a Zapatero ("ni siquiera me avisan de que liberan a dos marineros secuestrados"), nostalgia de Felipe González, "con quien algunas de las cosas que pasan serían impensables", y alusiones constantes a que le toca gobernar con 1.600 millones menos. "Yo viví épocas de mucho dinero. Si hubiéramos priorizado entonces, Galicia tendría cosas que no tendríamos que estar haciendo". Se refiere a los hospitales de Vigo y Pontevedra y a la autovía de la Costa da Morte. Un poco de autocrítica cuando el cuentakilómetros de campaña supera los 6.000.

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