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Crónica:Elecciones municipales
Crónica
Texto informativo con interpretación

"Lo que ocurre es inaceptable"

Guillerme Vázquez recorre Galicia y se indigna ante la realidad. No le gusta el tono de la campaña: "Deberíamos discutir en serio sobre Europa, por ejemplo"

Guillerme Vázquez es el tercer portavoz nacional del BNG para el que conduce Suso. El pasado domingo, con mítines en Narón y Allariz y variados actos intermedios, se metió más de 900 kilómetros entre pecho y espalda. El lunes, cuando este periódico siguió al líder nacionalista entre las nueve de la mañana y las diez de la noche, solo 310. "Hoy no ha sido nada", explica, "pero es que hace ya un año que llevamos este ritmo". A Suso la campaña electoral no lo pilla desprevenido. Al volante del Citröen oficial que el Bloque reserva a su número uno ha recorrido todo el país.

Anteayer, el primer día de la última semana de campaña electoral, la jornada comenzó en la sede de Televisión Española en Santiago. Guillerme Vázquez (Pontevedra, 1952) habló para la radio y respondió después a las preguntas de la periodista Ana Pastor. "La gente tiene dos armas para cambiar las cosas, la movilización y el voto", afirmó en antena. Las manifestaciones del 15 de mayo, que reunieron en Galicia a miles de personas descontentas con el hurto por los mercados de la soberanía popular, están en las portadas de la prensa y en las conversaciones de bar. "Que las conciencias se pongan en marcha siempre es bueno, después habrá quien comience a pensar en otra política", opina Vázquez, ante el recelo con que alguno de sus colaboradores más cercanos interpreta las protestas.

El acento político de Vázquez difiere del de su antecesor, Anxo Quintana
A las mariscadoras: "Sois vosotras las que tenéis que protestar y movilizar"
"Lo que ha hecho la Xunta con las mariscadoras es miserable"
"Las coaliciones son habituales en toda Europa y son cultura democrática"

Y es que, antes, durante y después de los mítines, Vázquez parece sinceramente indignado. No le gusta cómo marcha el mundo y menos todavía como lo hace su país. "Lo que no puede ser es que se diga que no puede haber otra cosa, eso es inaceptable", sostiene. Su acento político difiere completamente del de su antecesor, Anxo Quintana, y sitúa el peso en la dimensión izquierdista del ideario del BNG. La retórica nacionalista queda a un lado. "Nosotros salimos de una asamblea con un mandato clarísimo", expone su jefe de prensa, "más nacionalismo y más izquierda; y modulamos el discurso según el momento".

Ahora, el momento lo define la crisis del neoliberalismo. "¿Cómo se pueden proponer ajustes a los países y dormir en hoteles a 3.000 dólares la noche?", inquiere, mientras bebe café antes de un acto en Vilagarcía. Se refiere, claro, al director del Fondo Monetario Internacional. La misma cuestión la suelta, al poco rato, ante un animado grupo de trabajadoras del mar. Suena a tópico, pero en el caso de Guillerme Vázquez no admite demasiadas dudas: en las distancias cortas, el portavoz nacional del BNG se crece, escapa del guión mitinero. "Es lo que más me gusta", reconoce. También a las operarias de la conserva y a las mariscadoras que lo escuchan.

Una de ellas relata su situación: "No cobro ni chica ni patacón, vivo de una pensión de viudez de 380 euros y nos han quitado la ayuda para llegar a la jubilación". A Vázquez no le place el paternalismo. "Nosotros podemos llevar la iniciativa política y lo hacemos, el compañero Lobeira lo ha hecho en el Parlamento ya no sé cuantas veces, pero sois vosotras las que tenéis que movilizaros y protestar", arenga. Y un momento más tarde, cuando regresa a Santiago para comer y asistir a la reunión de la comisión de seguimiento de campaña de su organización, se enfada: "Lo que ha hecho la Xunta con las mariscadoras es miserable. No existe otra palabra".

Ya en la capital, él y su equipo más cercano -incluye al responsable de prensa, Xosé Mexuto, a la secretaria de organización y directora de campaña, Montse Prado, y su segundo, Martiño Santos- comen en el restaurante de la Estación de Autobuses. Está enfrente a la sede nacional del BNG, donde atenderá a El Correo Gallego. La discusión sobre el sentido de las manifestaciones del domingo continúa y se entrelaza con anécdotas lingüísticas. "Cada vez hablo peor el gallego", se lamenta, "resulta muy difícil resistir en los giros, en el vocabulario, a la presión del castellano".

Guillerme Vázquez entró en política a los 16 años. Durante la lucha antifranquista, la política la hizo desde las filas del clandestino Movimiento Comunista. Dentro del Bloque fue dos legislaturas diputado en el Congreso y seis años concejal de gobierno en Pontevedra. Hoy [por el lunes], que dice haber dormido poco, le fastidia el tono dominante en la contienda electoral, la primera que afronta como líder del BNG "Deberíamos discutir en serio sobre Europa, por ejemplo", señala, "o por qué hablamos de demografía pero no sobre la base económica que sustenta la demografía". "Si hiciéramos caso del 'es que esto es así', todavía estaríamos en el feudalismo, porque 'era así", se vuelve a encender.

El nacionalista huye, fuera de micro, de argumentarios rígidos. Y en torno a la que tal vez sea la materia más delicada que maneja el Bloque en estos comicios -su relación con el PSdeG y como la transmite a los votantes-, insiste en defender las coaliciones. "Son habituales en toda Europa y significan cultura democrática", analiza, "aunque también es cierto que nos apartamos de Zapatero después de su giro de mayo. Y que los pactos se firman sobre materias concretas". En sus intervenciones públicas, Vázquez evita cuidadosamente las críticas directas a los socialistas gallegos y carga únicamente contra "la política de la derecha del PSOE en Madrid y del PP en la Xunta".

En el Teatro Jofre de Ferrol, donde acabó la jornada del lunes, se ciñe al guión habitual. Un confesamente cansado Guillerme -"si duermo bien, tiro millas; ayer no fue el caso"- preparó el mitin de camino a la ciudad. Atacó las consecuencias de la dictadura mercantil y nombró a Castelao y a Bóveda. El candidato allí, Xoán Xosé Pita, no tuvo tantos miramientos con el PSdeG, que gobierna Ferrol sin los nacionalistas. A las diez menos diez, todos fuera. Y Suso transporta a Guillerme a A Coruña. "Hoy no duermo en Pontevedra, porque mañana [por ayer] empiezo con entrevista en Radio Coruña, pero siempre intento volver a casa".

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