Los socialistas centran su mensaje en los indiferentes y los defraudados

Solo quedan tres días de campaña para tratar de mover el ánimo de los electores de izquierda que de momento optan por dar la espalda al PSOE. Por tanto, los mensajes se concentran en ellos, ya que por unos miles de votos el PSOE puede ser desbancado de muchas alcaldías y se la juega en varias comunidades autónomas. Este mensaje, sin ambigüedades, fue el que ayer trasladó el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, por Galicia, y que repetirán hasta el viernes todos los candidatos. En las últimas horas, la preocupación en el PSOE ha aumentado porque al ya abultado número de indecisos se ha unido el movimiento Democracia Real Ya, que lejos de ayudar a que los antiguos votantes del PSOE se decidan a apoyarlo, podrían reafirmar su decisión de no hacerlo.

A todos los defraudados se les quiere trasladar que si no confían "en los amigos" darán paso "a los adversarios". Ya solo les queda suplicar que no les dejen en la estacada. "La indiferencia solo permite progresar a los que no necesitan la política". El vicepresidente primero precisó luego a los periodistas que no se refería en ningún caso al Movimiento 15-M.

Nada de indiferencia, sin embargo, nota Rubalcaba en los mítines. En Galicia, ayer recibió una muestra de afecto de sus militantes más que considerable. Tanto en Ourense por la mañana como en Vigo por la noche, varios cientos de militantes le recibieron al grito de "¡presidente, presidente!", que como es habitual acalló con gestos firmes. "A lo nuestro, a lo nuestro, que es que ganen nuestros candidatos, y aquí, en Vigo, Abel Caballero".

La movilización de los militantes es un hecho pero esto no quita el miedo del cuerpo al aparato federal y a los candidatos porque saben que solo con ellos, aunque imprescindibles, no se ganan unas elecciones. En Galicia se dan circunstancias mucho más favorables que en el resto de España, y se cita esta comunidad y el País Vasco como las autonomías cuyos resultados municipales darán más alegrías a los socialistas.

En Vigo se juega la mayor batalla, ya que Caballero tratará de que el PP no salte a la mayoría absoluta, y, por tanto, haga posible que revalide su pacto de gobierno con el BNG. Y para conseguir que el PP no les doble del todo el brazo, el PSOE va a arreciar en la contundencia de la crítica al PP y a Mariano Rajoy.

Ya quedan pocas acusaciones para lanzarles. No se abandona la advertencia de que las comunidades gobernadas por el PP se deslizarán por el recorte de las políticas sociales, pero también se va a elevar el tiro al terreno de los principios. Eso hizo Rubalcaba al asegurar que el PP traspasa los límites que impone la democracia. Por utilizar el terrorismo, por no ayudar a España ante la crisis y por no respetar a todos los seres humanos y por su tono despectivo hacia los inmigrantes. Con estos argumentos tratan de convencer a los que les han dado la espalda.