Alboraia beneficia a la Iglesia con el cambio de usos de suelo
El solar parroquial será edificable y el colegio religioso se traslada a zona protegida
Los 5.500 metros cuadrados que ocupa el colegio religioso Don José Lluch de Alboraia serán edificables por decisión del equipo de gobierno del PP, que dirige desde hace 12 años Manuel Álvaro. El Consistorio se compromete, además, a "modificar puntualmente" el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para que los terrenos de 7.000 metros cuadrados -un solar de la huerta protegido no urbanizable- donde se construirá el nuevo complejo escolar de la parroquia, ostenten la calificación legal de "equipamiento privado docente".
La parroquia, una vez trasladado el centro a la nueva ubicación, destinará "la totalidad del precio obtenido por la enajenación del actual colegio al centro de nueva creación en partida de los Desamparados", dejando sin especificar claramente si la titularidad la mantiene la parroquia o se constituirá una nueva mercantil de enseñanza con otra identificación fiscal.
La alcaldía gestiona la financiación y construcción del centro concertado
Los colegios públicos suplen la falta de espacio con aulas en pasillos y barracones
El acuerdo al que han llegado el cura José Vicente Olmos Martínez y el alcalde incluye todas las "gestiones" necesarias por parte del Ayuntamiento para obtener "la financiación suficiente con personas o entidades físicas, jurídicas, públicas o privadas" que constituyan "donaciones o subvenciones que financien total o parcialmente el proyecto".
Además, el alcalde -según el convenio aprobado en el pleno extraordinario del 14 de abril- garantiza la búsqueda de "un socio capitalista para la adquisición de solar y construcción de las instalaciones, mediante pago por permuta de las actuales instalaciones docentes de la parroquia". El Ayuntamiento gestionará también "la obtención de préstamos o avales" para financiar el proyecto.
El convenio detalla las dificultades económicas de la parroquia -"que no dispone de la financiación suficiente para la ejecución de las obras ni la calificación del suelo lo permite"- razón por la cual el Ayuntamiento "valora la operación bajo los parámetros de beneficio social a favor del municipio de Alboraia, y no de inversión empresarial", para acelerar el proceso.
En el camino quedan 13 años de batalla de las familias con hijos escolarizados en el colegio público de solo 241 plazas para 350 alumnos matriculados, que estudian en pasillos cara a la pared, carecen de gimnasio (convertido en almacén) y usan una biblioteca improvisada.
La promesa de un nuevo colegio e instituto públicos en una población -cuyo alcalde tiene una previsión de crecimiento de 15.000 habitantes- queda aún más en el aire ante la perspectiva de las dos instalaciones educativas concertadas de la Iglesia a través de un acuerdo con trazos de pelotazo inmobiliario.
"Mientras los niños de los colegios públicos de Alboraia dan clases en los pasillos por la masificación, con los baños rotos y sin puertas, se aprueba un convenio para conseguir terrenos y financiación para construir un nuevo colegio y un instituto concertados, actualmente propiedad de la Iglesia de Alboraia", denunciaron ayer en un manifiesto los padres y maestros de la Plataforma en Defensa de la Enseñanza Pública de la localidad.
"Alboraia lleva 12 años de incompetencia del Gobierno del PP, con su total despotismo ante las necesidades educativas del municipio", sostienen, en referencia al pleno extraordinario en el que se dio luz verde al convenio con el cura, sin que el alcalde permitiera que "nadie pudiera decir ni una palabra". El acuerdo tampoco ha pasado ni ha sido informado en el Consejo Escolar Municipal.
"Llevamos 13 años diciendo que nuestros niños no caben. Pero da igual: quitamos la biblioteca y el gimnasio para convertirlo en aulas; damos clases en los pasillos y -cuando ya no cabemos en ni en los pasillos, mandan a nuestros hijos a un centro cívico de las afueras del casco urbano", describen los padres afectados. "Llevamos 13 años pidiendo un mantenimiento digno. ¡Pero, da igual! Seguimos con los baños rotos, las puertas rotas, comemos en barracones y en verano las aulas de Infantil alcanzan los 40º", censuran.
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