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Reportaje:

Un techo solar de gran altura

Renault adjudica a la española Gestamp el mayor proyecto fotovoltaico de Francia

Energía limpia, reducción de costes e integración industrial. Haciendo efectivo ese trinomio, la empresa española Gestamp Solar se está posicionando en el mercado mundial de renovables con proyectos cada vez más ambiciosos, como el último que acaba de adjudicarle el fabricante de automóviles Renault: la mayor instalación fotovoltaica sobre cubiertas de Francia.

El sistema consiste en colocar paneles de captación solar sobre las fábricas y sus respectivas campas de almacenamiento de vehículos. Se desarrollará en las plantas de Renault de seis ciudades francesas, con una potencia instalada de 10 megavatios en cada una de ellas; es decir, un total de 60 megavatios que harán de este proyecto el mayor parque fotovoltaico de la industria de la automoción en Europa. La inversión económica tiene las mismas dimensiones: 135 millones de euros.

Los paneles en los tejados de seis fábricas producirán 60 megavatios
Se trata del mayor parque fotovoltaico de la industria de la automoción europea

Se trata de un modelo que Gestamp ya ha implantado en varias fábricas, como la de Lamborghini de Bolonia (Italia), o la de Seat de Martorell (Barcelona). El proyecto de esta última, puesto en marcha en enero y llamado Seat al sol, era el más grande hasta ahora: 60.000 paneles repartidos en una superficie de 320.000 metros cuadrados, que producirán 12 megavatios de potencia (el equivalente más o menos al consumo de 3.000 hogares) cuando esté terminado a mediados del año 2012.

"Se trata de soluciones que pretenden integrar la fuente energética en la producción industrial", afirma el consejero delegado de Gestamp Solar, Jorge Barredo. "En el futuro no tendrá mucho sentido que haya unos huertos solares enormes en zonas agrícolas, en un lugar desagregado del consumo". Y es que, aunque bajen las primas, la evolución de la industria fotovoltaica no se detiene. El constante avance de la eficiencia y el abaratamiento de costes hacen que se atisbe en un futuro cada vez más próximo la paridad con la red (el punto en el que se iguala el coste de producir energía fotovoltaica con el precio de referencia de la red eléctrica).

"Cuando eso ocurra habrá dos modelos totalmente diferenciados: plantas industriales capaces de producir a precios competitivos frente a cualquier energía y, por otra parte, autoconsumo. Cada uno en su casa podrá decidir qué potencia energética instalarse", dice Barredo. El directivo explica que en cuatro años el coste de instalación se ha reducido entre un 60% y un 70%, y vaticina que el cambio en el modelo de consumo está cerca: "No es solo cuestión de dinero; también es el movimiento social creciente que quiere cuidar el planeta. En cuanto la energía limpia sea solo un 10% o un 20% más cara, ya habrá una masa crítica que estará dispuesta a pagar por ella. En zonas de mucha irradiación esto podría ocurrir en los próximos cinco años".

La existencia de Gestamp Solar es la materialización de la apuesta que la empresa matriz, Corporación Gestamp, está haciendo por ese futuro. Después de muchos años operando con éxito en los sectores del acero y la automoción a nivel mundial, el grupo creó en 2007 su filial de energía solar, a la que siguieron Gestamp Eólica y Gestamp Biomasa, hoy empresas independientes pero integradas bajo la marca de Gestamp Renewables.

Frente a los 5.000 millones de euros de facturación del grupo en 2010, el Ebitda (resultado antes de intereses, impuestos y amortizaciones) del conjunto de las renovables es reducido: 34 millones de euros. Pero se trata de un recién nacido al que se augura un gran futuro. La solar y la eólica terminaron el año con más de trescientos megavatios instalados cada una, y de aquí a 2013 Gestamp Renewables planea invertir 2.600 millones de euros para desarrollar un total de 1.850 megavatios. Además, a la hora de contabilizar la facturación de estas filiales hay que tener en cuenta que una parte importante de lo que producen se destina a las propias fábricas de las otras dos divisiones del grupo, la automoción y el acero.

Ese halagüeño porvenir no sería tal sin el sector exterior. Después de unos años difíciles en España, con la crisis económica, la escasez de crédito, la fuga de inversores y el recorte de primas gubernamentales, las empresas internacionalizadas han encontrado mercados donde seguir creciendo, a la vez que reforzaban un importante activo nacional: "Las empresas españolas de renovables son bienvenidas en todos los países. Se nos reconoce que sabemos hacer las cosas; no es lo mismo ser solo un país de sol y playa que tener cuatro de las seis o siete empresas eólicas más grandes del mundo. Ha sido caro, pero las inversiones que se han hecho en la marca España y en la producción serán muy rentables en los próximos años", dice Barredo.

Su empresa tiene grandes proyectos en Estados Unidos, Italia, Francia, India, Turquía o Sudamérica, y un 85% de la facturación viene de fuera. Barredo cree que hay que envidar: "Los países tienen que apostar para ser reconocidos por algo. Y la forma que tiene ahora España de conquistar el mundo industrialmente son las renovables".

Paneles fotovoltaicos en la fábrica de Seat en Martorell, un modelo que será imitado en el proyecto de Renault
Paneles fotovoltaicos en la fábrica de Seat en Martorell, un modelo que será imitado en el proyecto de Renault

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