Guillerme Vázquez acusa al PP de "vender mercancía falsa"

Teo es uno de esos municipios de tamaño medio donde el Bloque concentra la mayor parte de sus fuerzas electorales. Como Carballo, como Cangas, como Boiro, como Monforte, todos ayuntamientos con más de 15.000 habitantes, un alcalde nacionalista lo gobierna. Martiño Noriega es, además, el único regidor nacionalista adscrito a Encontro Irmandiño, la corriente de izquierdas de Beiras, ex líder del BNG hoy relegado al segundo plano. Allí se desplazó ayer el portavoz nacional Guillerme Vázquez y allí acusó a Feijóo de "vender mercancía falsa, como en las elecciones autonómicas".

También acusó de colocar a Galicia a la cabeza de una clasificación estatal, la del paro. "El único empleo que crea el PP es el empleo familiar, pero de sus familias", ironizó Vázquez. El discurso del líder se vuelca en la cara izquierdista de la organización, aparca la vertiente nacional -ni una sola mención al Estatuto de Nación que tanto preocupaba a Anxo Quintana- y alerta de la "privatización" de casi todo a la que conduce, según él, el PP. La crisis del neoliberalismo absorbe las intervenciones de un hombre que comenzó en política cuatro décadas atrás y en las filas del antifranquista Movemento Comunista.

A los socialistas gallegos, con quienes el BNG forma gobiernos locales cuando la derecha no obtiene mayoría absoluta, ni los menciona. Pero de momento, tras dos días de campaña y cuatro mítines, nunca olvida a Zapatero. "Estamos en un contexto donde demasiada gente tiene demasiados problemas graves", avisó, "porque la política de la derecha, la haga el PP o la haga el PSOE, es letal". Para el gobernador del Banco de España, quien el viernes afirmó que los salarios en España son excesivos, tuvo réplica ingeniosa, ante un auditorio más bien frío y que no llenó el local social de A Ramallosa en una mañana lluviosa: "El único salario excesivo es el de él, el de Mafo".

Aunque Guillerme Vázquez ya tiró del carro nacionalista en los comicios europeos de 2009, al mes de asumir el timón del Bloque, es esta campaña la primera enteramente diseñada por su equipo. Y la enfoca, sobre todo, contra un adversario: el PP de Feijóo. "Ese PP tan orquestalmente tolerante con la corrupción", lo definió ayer en Teo, "como inútil para resolver los problemas de la gente". Y, en su opinión, los populares, que estos días redoblan en sus actos los ataques a los nacionalistas y a los gobiernos bipartitos, temen "que la gente vote al BNG". "Porque saben que si nos votan, el PP no entra en los ayuntamientos", aclaró entre aplausos, antes de dejar paso a Martiño Noriega, el alcalde de Teo.

Con los mismos concejales que el PP, seis, y dos más que el PSdeG, los nacionalistas gobiernan en minoría. Esta vez, lo comentaban militantes locales, aspiran a un mínimo de ocho. Y lo hacen con un balance en el que destacan la reducción de la deuda y las "políticas para la gente". "Cuando llegamos al Ayuntamiento", recordó Noriega, "había tres millones de euros de deuda; ahora, nada". De los locales sociocomunitarios en las parroquias -Teo combina las ciudades dormitorio de Cacheiras o Montouto con aldeas rurales- o de la ampliación de la red saneamiento también presume un regidor para el que "la democracia hay que practicarla durante cuatro años".