"Todos se volvían locos con él"
El golf español llora al pionero - El deporte y la política se suman al homenaje mundial
Dijo Severiano Ballesteros que los golfistas no se retiran jamás. Aunque desaparecido ayer, el cántabro estaba en todas partes, en boca de todos, en los corazones y la memoria. Lo estuvo desde primera hora de la mañana, la más dura para Jose María Olazábal, su amigo, su compañero, que nunca imaginó que la confirmación de una noticia esperada pudiera producir un dolor tan profundo. Vestido de beige, decoró su gorra naranja con un crespón negro en señal de luto. Y, tras mucho vacilar, decidió coger los palos. "Es lo que Seve hubiese deseado", explicaría después. Antes de iniciar el recorrido recibió el abrazo emocionado de otro colega, otro amigo, Miguel Ángel Jiménez.
La vuelta, en esta tercera jornada del Open de España en Terrassa, fue poco menos que un suplicio para ambos: "Ha sido muy difícil llegar al tee del uno y pegar el primer golpe. Y luego, obviamente, siempre estaba ahí presente. Es muy difícil concentrarte y hacer lo que tienes que hacer", dijo Olazábal, acabada su jornada. La de El Pisha terminó escasos minutos antes de que se celebrara el minuto de silencio en honor de Ballesteros: "Ha sido duro jugar y concentrarse, un mal trago", concedió, cuando pudo hablar, unas horas más tarde, después de que los golfistas, profesionales y aficionados, se reunieran en torno al campo de prácticas para brindarle sus recuerdos. Quiso Ballesteros que volaran las pelotas por el verde césped el día en el que el mundo le decía adiós. "No habrá homenajes suficientes para Seve, por todo lo que hizo por el deporte y representó para el golf", señaló Txema Olazábal.
"No habrá homenajes suficientes para Seve, por todo lo que hizo", señaló Olazábal
"Fue una inspiración para todos y su pérdida es irreparable", comentó Nadal
El guipuzcoano conoció a Ballesteros en su pueblo, Pedreña, en un torneo benéfico a principios de los 80. Ése es su primer recuerdo. Ayer fue incapaz de escoger el mejor. "Hay tantos recuerdos... Eso es lo peor: nuestros momentos", deslizaba antes de romper a llorar, otra vez. "Vuestra Ryder del 87, me contaba, su primera Ryder", le apuntaron. Y recuperó el discurso: "Ése es un uno, y obviamente es uno de los mejores porque en la Ryder hemos vivido momentos muy especiales. Pero hay muchos que no se pueden condensar en unas palabras. Es lo que más echo en falta".
Jiménez era un caddie de 15 años en Torrequebrada cuando vio a Seve por primera vez: "Todo el mundo se volvía loco con él". Unos años después, cuando El Pisha ganó el Open de Bélgica en 1992 y "no hablaba ni patata de inglés", le pidió consejo. "Me hizo de traductor. Y me dijo: 'tú has ganado, eres el jefe, di lo que te dé la gana que estará bien dicho", recordaba. "Lo más destacado fue su determinación, su tesón y su pasión por todo lo que hacía. Nunca daba nada por perdido, siempre buscaba un hueco por dónde salir y eso reflejaba su personalidad", añadió.
Las anécdotas se agolpaban también en la mente de José Manuel Lara: "En el año 96 se jugaba el Turespaña en El Saler y me entrené con Seve. Me vio con una bolsa malilla y me preguntó: '¿te hacen falta bolas?'. Le dije que sí. Seve me llevó al camión de Titleist y les dijo: 'este es el futuro del golf español, que no le falte nada", rememoraba el valenciano, que también se echaba a llorar al recordar que jugó la última vuelta del Open de España del 99 con él.
¿Habrá otro como Ballesteros?, le habían preguntado a Olazábal. "Creo que no. Puedes tener grandes jugadores, pero no creo que con el carisma que tenía Severiano. Tendrán que pasar muchos años para que volvamos a ver una persona como él. El golf mundial ha tenido la fortuna de tener a una figura como Ballesteros, durante todos estos años ha sido un jugador sin parangón, no he visto a ninguno como él". "Solo unas pocas personas están llamadas a ser leyenda y Seve era una. Nunca antes habíamos visto un talento semejante. Es un día muy triste para España, para Europa y para el golf. Hemos perdido a uno de los grandes iconos", añadía Colin Montgomerie. Nick Faldo, otro de los grandes, aseguró que ningún golfista de hoy puede compararse con Ballesteros. "Lo tenía todo. Era un caballero, apuesto, y jugaba con estilo, como un matador", señaló el inglés. "Severiano es el mejor jugador europeo, uno de los mejores del mundo, fue el mentor del Tour y ha sido el espejo en el que nos hemos mirado todos. Todos saben dónde estamos hoy, por qué y por quién", insistió Jiménez.
Tiger Woods, que se confesó "profundamente entristecido", no estaba en Terrassa, pero era uno de esos tantos que ayer tuvieron unas palabras para el cántabro: "Siempre disfruté con él en la cena de campeones de cada Masters. Seve fue uno de los más talentosos y fascinantes golfistas de todos los tiempos. Nadie podrá superar su creatividad y su ingenio. Su muerte llega demasiado pronto".
El dolor del golf trasladó al mundo del deporte. Desde el presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge -"fue un hombre de increíble habilidad, carisma y coraje"- a Pep Guardiola -"se va uno de los deportistas más grandes que ha dado este país, querido y admirado en todo el mundo y un pionero", dijo de un golfista que amaba al Racing, primero, pero también al Barça-, muchos fueron los que se acordaron del campeón. Como Miguel Induráin, pentacampeón del Tour, quien recordó la "pasión" con la que Seve vivió su profesión o el atleta Fermín Cachoquien destacó que fue un "campeón hecho a base de trabajo". El fútbol se silenció un minuto para rendir tributo al cántabro, como lo hizo el Masters de Madrid de tenis. Rafa Nadal se emocionó y, tras derrotar a Roger Federer, declaró: "es una pérdida irrecuperable por el valor que ha tenido como inspiración para todos nosotros. Tuve la suerte de jugar 18 hoyos con él, y es un recuerdo inolvidable".
La política también se sintió huérfana. El secretario de Estado para el Deporte, Albert Soler, destacó "la contribución de Ballesteros para popularizar su deporte" en España. Esperanza Aguirre, gran aficionada al golf, renunció a presentar su programa electoral e intentó viajar a Santander. Tras hablar con la familia, la presidenta de Madrid, quiso "rendirle un homenaje a título personal". Mariano Rajoy, envió un telegrama de condolencias. El del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, destacaba que Ballesteros simbolizó la nueva España democrática, que se abrió al mundo "sin complejos", y fue capaz de estar a la altura de los mejores.
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