Viajar, sufrir y vivir

Ahmed recuerda con nitidez los bajos del largo camión en el que llegó a España. Con frialdad detalla el calor que desprendía el motor del vehículo, próximo a su precaria guarida. Aterrizó en Almeria proveniente de Marruecos. Tenía solo 17 años, nada de dinero y no hablaba ni una palabra en castellano. No dijo nada a sus padres hasta cuatro meses después. Únicamente disponía de ganas de vivir en su equipaje.

Tras dos años de avatares, Ahmed vive en Barakaldo y estudia un curso de metálica. Sonriente, lozano y elegante, narra su via crucis hasta llegar a Vizcaya. En el trayecto, tuvo que pedir limosna en Almería y solicitar ayuda en una mezquita de Barcelona. Conocía a una persona en Barakaldo que le podía acoger por un tiempo y Ahmed, sin desaprovechar la opción, puso rumbo hacia esta localidad.

El trabajo lo han elaborado jóvenes inmigrantes sin acompañamiento

"Son corredores de fondo en una carrera de obstáculos", cree un experto

Ayer, Ahmed sonreía y apretaba con fuste las manos de los asistentes a la presentación de un vídeo que han realizado él y sus compañeros del centro de acogida en el que ahora reside. En La vida de Álex, Ahmed y otros inmigrantes sin acompañamiento de 16 a 20 años exponen la vida de un joven de Costa de Marfil que arriba a Bilbao con la única intención de ayudar a su familia. Tras ser detenido por la policía por venta ilegal de discos, es enviado a un centro de acogida.

El vídeo, de 20 minutos y que ayer pudo verse por primera vez en el acto celebrado en la Universidad de Deusto de Bilbao, es uno de los resultados del proyecto Todo el mundo es inmigrante, apoyado por la Diputación vizcaína e impulsado por la organización de educación de menores EDEX.

Para la realización del vídeo, los inmigrantes han participado durante cinco meses en un taller de creación audiovisual y han conocido las técnicas necesarias con las que poder contar sus historias.

Con este proyecto se pretende desligar a la inmigración de la delincuencia y acabar con los estereotipos que se asocian a este colectivo. Ahmed y sus compañeros han pasado y siguen viviendo experiencias desagradables y prueban en demasiadas ocasiones el agrio sabor del rechazo.

Ahmed tiene constancia de ello. De hecho, indica con pesar que en más de una ocasión se ha topado con el rechazo de la gente y que le cuesta "mucho más de lo normal" relacionarse con chicas. Tal vez, como apuntó en la presentación de ayer el ex responsable del área del menor del Ararteko, Fermín Barceló, "son corredores de fondo en una carrera de obstáculos".

Quizá también Issouf, de la Guinea francesa, sepa sobre ello. Reciente fontanero, residente en Bidezabal, a sus 20 años trata de agradar a la familia de su novia, aunque aún no lo logra. Sin embargo, sabe que todas las carreras llegan a la meta y que él ya ha superado decenas de obstáculos.