Desenterrados en Lugo restos de lo que podría ser un baptisterio

La piscina romana que asoma en la plaza de Santa María de Lugo podría haber sido un baptisterio utilizado por las primeras comunidades cristianas, en el siglo III, en la época del tardo imperio romano. Esta es una de las hipótesis que baraja la arqueóloga municipal lucense, Covadonga Carreño, aunque tampoco descarta que fuera un baño público o que perteneciera a una familia patricia de Lucus Agusti.

En un emplazamiento envidiable, entre la Fundación Caixa Galicia y la catedral románica del siglo XIII, se muestra este resto arqueológico, cuyas obras de restauración inspeccionó ayer el alcalde, Xosé López Orozco, acompañado de concejales y técnicos municipales. Orozco subrayó la importancia "de este tesoro del pasado romano de la ciudad de Lugo" y señaló que los trabajos, que se llevan a cabo gracias al Plan Urban, financiado por el Ayuntamiento, la Diputación y la Unión Europea, supondrán la recuperación de otra destacada pieza del patrimonio cultural lucense. "Ahora haremos unas jornadas de puertas abiertas para que pueda ser visitada por los lucenses. Es otro motivo más, con la muralla, las termas, el río Miño, Santa Eulalia de Bóveda, el Castro de Viladonga, la casa Domus y la ahora piscina", presumió el alcalde lucense.

La pieza fue descubierta en 1960 pero no había medios para sacarla

El arqueólogo y restaurador Miguel Ángel López dibujó una piscina, "de unas dimensiones aproximadas de 3,5 por 1,80 metros". "Es rectangular, tiene dos ábsides y un escalón de acceso y se calcula que su capacidad es de casi 4.000 litros de agua", detalló. Ahora el Ayuntamiento pretende dejar al descubierto el hallazgo, que se produjo en 1960 pero, como en aquella época no había medios para extraerlo, los arqueólogos de entonces optaron por conservar la piscina tapándola con arena. Hasta ahora nunca se había mostrado. En 2004, con motivo de unas obras de remodelación del pavimento que se hizo en la plaza, se determinó su ubicación exacta.

Para antes del verano el Ayuntamiento pretende dejarla al descubierto, a través de una ventana arqueológica, por lo que se apuran los trabajos que cuentan con una consignación presupuestaria de 104.00 euros.