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La CAM estudia dividirse en un banco bueno y uno malo

Íñigo de Barrón

Ha comenzado la cuenta atrás para conocer el futuro de la Caja del Mediterráneo (CAM). El 28 de abril la entidad entregó el acuerdo del Consejo de Administración para pedir 2.800 millones en capital al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), lo que implicaría su nacionalización temporal. A la vez presentó un fuerte plan de reestructuración y mencionó una ulterior salida a Bolsa.

Pero el verdadero partido se está jugando en la sede madrileña de Nomura, donde se mantienen las reuniones con las entidades interesadas en activos de la CAM. Hasta ocho entidades (Santander, Banesto, BBVA, Popular, Sabadell, IberCaja, Unicaja y BBK) se han aproximado.

El FROB ya está valorando la CAM para inyectarle capital, pero las negociaciones pueden mantenerse hasta que el fondo de rescate termine su labor. Fuentes conocedoras de la operación creen que eso puede ocurrir en la primera o segunda semana de junio. Después, ya no habrá vuelta atrás.

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Una de las posibilidades es dividir la CAM en un banco bueno (que incluya la mayoría del negocio bancario, créditos no morosos, depósitos, oficinas y empleados) y en un banco malo, donde se queden los activos inmobiliarios más dañados. El problema es que el FROB no podría quedarse en el banco malo y vender a una entidad privada el bueno. Permitiría la entrada rápida de un competidor, pero el Banco de España no lo admitiría.

Viabilidad garantizada

Una fórmula más adecuada sería que el comprador y el FROB participen en la entidad buena y en la mala. Otra posibilidad es que no se despiece la caja y un comprador, sobre todo si no es uno de los grandes bancos, se quede con la gestión de la CAM con una inyección del Estado. La ventaja es que no tendría que aportar 2.800 millones, sino una cifra inferior, y la viabilidad estaría más garantizada.

La CAM propone otra fórmula para seguir en solitario: que el Banco de España le inyecte los 1.200 millones de euros que le correspondía como préstamo relativo a la primera fase del FROB. Esta es la parte proporcional de los 1.447 millones que solicitó el Banco Base. Además, la CAM captaría 400 millones de inversores privados. Con este sistema no tendría que tener el 10% de capital principal, sino el 8%, así que los 1.600 millones de inyección serían suficientes.

En el mercado se considera que es difícil que el supervisor dé luz verde a este plan por las grandes necesidades de saneamiento para la entidad, cuya deuda es considerada como bono basura por Moody's.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.
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