El beneficio de Buffet baja por los desastres naturales

Warren Buffett dio ayer la cara, un mes después de que su hombre de máxima confianza, David Sokol, violara el código ético de Berkshire Hathaway y le engañara. Pero lo que de verdad preocupa al inversor más reputado de Wall Street es el impacto de las últimas catástrofes naturales en el negocio del grupo, que pegarán un importante bocado al beneficio.

Sobre los negocios de Berkshire, dijo que todos van a mejor. Salvo la industria aseguradora, por las catástrofes en Japón, Nueva Zelanda y Australia. Buffet anticipó que las pérdidas en esa cartera lastrarán el beneficio del conglomerado a 1.510 millones, una caída del 58% frente al primer trimestre de 2010.

Hasta ahora, el oráculo de Omaha solo había difundido un comunicado de prensa para expresarse sobre la caída de su número dos. Pero prometió que contestaría a las preguntas de los 40.000 accionistas que acudieron este año al conocido como el Woodstock de las finanzas.

En el vídeo de arranque de este festival de los negocios en Nebraska dejó caer la primera píldora, con esta afirmación: "pierde dinero para la firma, y lo entenderé; pierde un pizca de reputación, y entonces seré implacable". Eso lo dijo en 1991, en un testimonio ante el Congreso de EE UU por el escándalo de Salomon Brothers.

Caída del 'número dos'

Y esa es su filosofía. Por eso considera "inexcusable" que Sokol no le notificara que estaba en conversaciones con Citigroup sobre la eventual compra de la química Lubrizol y que invirtiera su dinero en la compañía antes de animarle a adquirirla. "Es una situación triste para Berkshire, triste para Dave e inexplicable".

Sokol era el mejor colocado para sucederle, con lo que con su salida queda en el aire una gran incógnita. El oráculo de Omaha tiene 80 años. Buffett se limitó a decir que tiene plena confianza en la persona -de la que no dijo nombre- que lidera ahora la carrera. "Es recto como una flecha", remachó.

Pese a la caída de beneficios, se mostró optimista con el estado general de la economía y en este punto dijo que "el poder del capitalismo es increíble: eso es lo que no está sacando de la recesión". Sobre la fuerte devaluación del dólar, sacó un billete verde de la cartera y se fijó en el emblema que lo preside -En Dios creemos-, para decir que "Dios no hará nada si el Gobierno lo hace mal".