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Tentaciones
ARTE

Avistado el fantasma de river phoenix

El 31 de octubre de 1993, River Phoenix se desplomaba a las puertas del club nocturno de Los Ángeles Viper Room y moría de sobredosis. Apenas unas horas antes, esa misma noche, había rodado su último plano. El director de fotografía Ed Lachman dejó la cámara rodando accidentalmente. Mientras el plató quedaba a oscuras y todo el mundo se marchaba, el actor quedó paralizado y se registró una toma extrañamente premonitoria. La silueta de Phoenix se dibujaba a contraluz ante un montón de velas. La película, Dark blood, quedó incompleta y jamás vio la luz.

Aquella visión beatífica fue recogida años después en un documental para la BBC y convertida en reliquia de YouTube. Fue ahí, precisamente, donde lo vio Slater Bradley, artista de 35 años nacido en San Francisco y radicado en Nueva York. Y ya no pudo sacarse esa imagen de uno de los máximos iconos de su adolescencia. En 2007 contactó con Lachman, aquel director de fotografía (conocido por sus trabajos con Werner Herzog, Sofia Coppola o Todd Haynes), para regresar junto a él a los paisajes lunares de Utah donde quedó enterrada aquella película fantasma.

"No tiene sentido documentar la obsesión porlos iconos cuando todoel mundo quiere ser uno"

El resultado es Shadow, una videoinstalación que puede verse en la galería Helga

de Alvear (Madrid) hasta el 7 de mayo. La

pieza sirve de prólogo ficticio a Dark blood, y sigue a un ermitaño en el desierto de Nevada que se cree un chamán. "Hoy todo está sobreexpuesto", reflexiona Slater. "Dar con rarezas inencontrables es cada vez más difícil. Por eso me fascinó ese filme; prácticamente no se han difundido imágenes".

Bradley se ha convertido en un arqueólogo visual de iconos pop malogrados. Todo empezó la noche en que su amiga Chloë Sevigny le presentó a Ben Brock, un actor al que se parecía tanto físicamente que les confundían todo el tiempo. Aun antes de conocerse, Ben se había convertido en su doppelgänger, su doble fantasmagórico. Le propuso ser su modelo artístico. "Era el cambio de siglo. La idea de la clonación estaba en al aire: la oveja Dolly, El ataque de los clones... Conocer a Ben, a alguien tan parecido a mí físicamente, fue como verme desprovisto de mi individualidad".

Por entonces, su amigo Michael Stock optaba a llevar al cine Control, la vida de Ian Curtis, que acabaría años después en manos de Anton Corbijn. El videocasting que había rodado Slater con Ben encarnando al cantante de Joy Division acabó convertido en pieza de arte en 2001. "Era mi manera de imaginar cómo serían las imágenes históricas de Curtis que nunca había visto. Años después, esa fantasía se desvanecía con el nacimiento de YouTube. Antes había que buscar las cosas, ahora todo está ahí", insiste. A través de Ben, recreó también a Kurt Cobain y a Michael Jackson (cinco años antes de su muerte).

Con River Phoenix liquida su proyecto doppelgänger. "No tiene sentido documentar la obsesión por los iconos y la fama cuando todo el mundo quiere serlo". Su próxima expo de pintura, a partir del 7 de junio en la londinense Max Wigram, tiene a Kanye West y su ropa de marca como principal motivo. "Kurt Cobain cantó 'with the lights out it's less dangerous' en Nevermind; Kanye West dijo después: 'Turn up the lights in here, baby, extra bright'. Simboliza el cambio de parámetros: de lo que tenía de acogedor la oscuridad a la cruda exposición en la que vivimos".

<b>Imagen de </b><i>Shadow,</i><b> la película que sirve de prólogo ficticio a la última cinta de River Phoenix. La videoinstalación puede verse en la galería madrileña Helga de Alvear hasta el 7 de mayo.</b>
Imagen de Shadow, la película que sirve de prólogo ficticio a la última cinta de River Phoenix. La videoinstalación puede verse en la galería madrileña Helga de Alvear hasta el 7 de mayo.

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