Un golpe para el Bicentenario
Menacho cree que el castillo de San Sebastián no estará rehabilitado en 2012
Era su primer encuentro con los medios de comunicación en su papel de presidente del Consorcio del Bicentenario. El consejero de Gobernación y Justicia, Francisco Menacho, heredó también de Luis Pizarro la responsabilidad de liderar la conmemoración del cumpleaños de la Constitución de 1812 en Cádiz. Y su estreno en el cargo fue para hacer tambalear el que sus antecesores fijaron como el emblema de la fiesta, el castillo de San Sebastián. Menacho aseguró ayer que es "imposible" que la rehabilitación de la fortaleza llegue a tiempo para 2012 y ni siquiera garantizó que se pueda abrir al público. "Vamos a trabajar para que así sea", añadió. "No soy un atrevido. Prefiero ser realista", argumentó para justificar su agorero discurso.
La fortaleza de Cádiz es el emblema de la celebración de la Constitución de 1812
El consejero señala que no hay tiempo ni dinero para concluir la obra
Para llegar al castillo de San Sebastián hace falta cruzar un largo camino rodeado de mar. La fortaleza, levantada en el siglo XVIII en un islote frente a la playa de la Caleta, fue sistema defensivo y prisión. Estaba cerrado al público. Aunque no tiene ninguna vinculación directa con la Carta Magna de 1812 ni con los acontecimientos vividos en la ciudad durante el asedio francés, el Gobierno y el Ayuntamiento de Cádiz acordaron hace unos años convertir este enclave, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, en el lugar que acogería los principales eventos lúdicos de 2012.
El Gobierno, el Consistorio y el Consorcio del Bicentenario firmaron un acuerdo por el que se comprometían 45 millones de euros para rehabilitar el edificio y convertirlo en sede de exposiciones, conciertos, espectáculos públicos y lugar de esparcimiento. También se proyectó un muelle que permitiera añadir el atractivo de accesos por mar.
Las caras de aquella firma han cambiado mucho. El castillo fue visitado por primera vez por María Teresa Fernández de la Vega y Gaspar Zarrías, entonces presidenta de la Comisión Nacional del Bicentenario y presidente del Consorcio, respectivamente. De la Vega dio paso a Rubalcaba y Zarrías, a Luis Pizarro, quien mantuvo su compromiso con el castillo, aunque ya entonces se reconocía que el ambicioso plan no se ejecutaría. Se habló de un plan B. El proyecto que siguió auspiciando el dimitido consejero hasta su marcha incluía pabellones y casamatas para exposiciones, un paseo perimetral en altura y el derribo de edificios superfluos para conseguir una gran plaza en medio del castillo. Pizarro sí descartó el muelle tras surgir un ruidoso movimiento ciudadano en contra de él por considerar que alteraba la imagen de la playa de la Caleta.
Ahora el discurso realizado ayer por Menacho disuelve aún más las expectativas de esta obra y, con ella, la de toda la conmemoración, lastrada por las dificultades financieras del momento. Sus palabras se produjeron precisamente en la presentación del nuevo gerente del Consorcio, Emilio Aragón, encargado de atraer inversiones públicas y privadas para aumentar el presupuesto del evento, fijado hasta ahora en 6,4 millones de euros.
Menacho desveló que ya no hay tiempo ni dinero para finalizar la rehabilitación total del castillo. Parte de la obra está terminada pero se está pendiente de que varios ministerios aporten las subvenciones necesarias para dotar de contenido los pabellones que iban a convertirse en escaparates internacionales y nacionales.
Los anteriores responsables del Consorcio barajaban exposiciones de renombre, prestigiosas compañías teatrales y artistas de lujo para celebrar 2012 allí por todo lo alto. Ayer Menacho no comprometió ni una sola actividad en la fortaleza. "No me gusta ser atrevido. En 2012 no estará. Después, ya se verá pero este Consorcio tiene fecha de caducidad como los alimentos".
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