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Reportaje:

La decisión de Guardado

El mexicano sabe que está a punto de finalizar una etapa profesional

"Hace ya cuatro años. ¡Cómo pasa el tiempo!", exclama Andrés Guardado cuando recuerda su llegada al Deportivo. Iba camino de Holanda porque el PSV Eindhoven tenía apalabrado un acuerdo con el Atlas mexicano para hacerse con sus servicios, los del Principito, un zurdo que tenía 20 años, que ya había jugado un Mundial y por el que su club había desechado meses antes una oferta del Real Madrid, que quería foguearlo en el Castilla. Pero Lendoiro adelantó a los holandeses por la derecha, aprovechó su veta nocturna y la diferencia horaria para cerrar un acuerdo. Fue hasta ahora su último gran fichaje, el que ilusionó a Riazor como en los viejos tiempos del Superdepor. "Firmé por cinco años y ya sólo queda uno para acabar contrato. Lo que se veía tan lejano ya está a la vuelta de la esquina", reflexiona Guardado, un chico serio, buen conversador, con trazas de madurez. Ahora debe de tomar una decisión.

El jugador llegó al Deportivo con 20 años y ya ha pasado cuatro en el club
Le queda una temporada de contrato y quiere nuevos retos

La decisión es también del club. En su día cerró la negociación del fichaje de Guardado por 5,25 millones de euros más 1,75 a pagar en un plazo que el Atlas demanda que no se ha cumplido. Durante meses se ha especulado con un traspaso para obtener una plusvalía y de paso zanjar ese débito. Ahora es este verano o nunca. Y el futbolista lo sabe. "Es un momento clave para tomar decisiones, mirar hacia adelante y decidir si es mejor quedarse o no. Trato de no pensar en ello y de estar concentrado en el equipo porque nos jugamos la salvación, pero sé que está a punto de finalizar una etapa". Guardado quiere más. Siente que ha crecido como futbolista, pero también asume que sus expectativas cuando llegó a A Coruña eran más elevadas. "Me hubiera gustado no lesionarme tanto, ser más regular en el aspecto de la salud. En lo colectivo las cosas dependen menos de mí. Las referencias del club han cambiado y eso marca a la hora de decidir el futuro. El Deportivo me ha dado muchas cosas, he tenido minutos y me he sentido importante pese a los parones. No sé como agradecerlo, pero llega un momento en el que para mirar hacia el futuro es importante tener en cuenta cuales van a ser los objetivos del club", advierte.

Guardado tiene un punto intrépido. No es habitual que los futbolistas mexicanos arriesguen en la emigración, tampoco que despierten el interés de los clubes europeos, que peinan mercados ignotos. "Desgraciadamente el fútbol mexicano no se conoce mucho en Europa, hay el estereotipo de que somos futbolistas lentos y claro que allí se juega a un ritmo menor, pero es por detalles como el clima o el césped más alto porque hay muchos jugadores rápidos, verticales y atrevidos", lamenta antes de reconocer que muchos de sus paisanos acostumbran a acomodarse en una competición de buen nivel y en la que se cobran buenos salarios. "Eso ocurre, pero está empezando a cambiar. Estoy en contacto con los jóvenes de la selección y de Atlas y ya tienen ambición y voluntad de salir al exterior, no tanto por el dinero como por el reto deportivo". Él se lo pensó y todavía hoy se plantea si hizo lo correcto. "Posiblemente me hubieran traspasado a un club de más jerarquía que Atlas, igual con el paso de los años me hubiera llegado otra oportunidad de ir a Europa y por como soy la hubiera aceptado. Pero estoy muy satisfecho de haber venido tan joven. Es una experiencia que me ha hecho madurar. Ahora me veo al menos seis años más lejos de México".

Pero la distancia no le ha hecho perder predicamento en su país. Allí es un icono comercial que lo mismo anuncia refrescos, que telefonía móvil o videojuegos, una celebridad que además lleva la de bandera tricolor por el mundo. "Se nos conoce poco. Casi siempre las noticias que llegan a España son malas, de secuestros, narcotráfico o delincuencia, pero hay muchas más cosas: una cultura muy rica, la gastronomía, el turismo, aspectos que hacen de México un país grande". Guardado vive México en Galicia y añora A Coruña cuando está en su Jalisco natal, "la cuna del tequila y el mariachi", detalla con orgullo. "Si tengo unas vacaciones un poco largas ya estoy deseando volver. En A Coruña extraño amigos, familia, comida y poco más". Buen cicerone de la restauración mexicana en Galicia, Guardado asegura que en la decisión que se acerca sobre su futuro deben de pesar por fuerza aspectos que no se encuentran sobre un terreno de juego. Por eso tuerce el gesto cuando se le alude a la opción de marcharse a destinos como Rusia o Ucrania. "No me puedo cerrar puertas, pero hay que valorar cómo vas a vivir allá donde vayas, el idioma. Lo ideal es encontrar un lugar donde te sientas cómodo como persona y que en lo profesional te ofrezca lo que quieras". Y quizás la ambición de Guardado va más allá de lo que le puede ofrecer un club que pervive con una economía de guerra.

Andrés Guardado, en el partido del Deportivo contra el Racing de Santander de la semana pasada.
Andrés Guardado, en el partido del Deportivo contra el Racing de Santander de la semana pasada.DIARIO AS

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