Nuestro amigo común
Pat Smear ha vuelto al grupo. Kris Novoselic colabora. También lo hacen Lemmy (Motorhëad) y Bob Mould (Hüsker Dü y Sugar). Produce Butch Vig, el hombre que convirtió el grunge en digerible. Con esta alineación cabría esperar el disco más rock subterráneo de Grohl y sus secuaces. En cambio, el resultado es otra inconexa, pero entretenida -y en ocasiones, como White Limo o Arlandria, magnífica-, colección de temas que navegan entre el metal más pesado y el divertimento más ligero. La sombra de Josh Homme es tan alargada que, aunque no esté en el disco, su espíritu prevalece sobre la suma de los invitados. No hay ningún álbum de Foo Fighters perfecto, pero tampoco ninguno catastrófico.
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