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Noitarega festeja 20 años en la música con nuevo disco

Llevan más de dos décadas en los escenarios y para festejarlo el grupo de música popular Noitarega acaba de publicar XXI, el tercer disco de una carrera iniciada por los gaiteiros Xosé Oliveira y Fernando Costas, y los percusionistas Manuel Alonso y Xosé María Gutiérrez. El gaiteiro Telmo Costas se unió después a un proyecto "nacido para el directo".

Con un concierto, esta noche (21.00 horas) en el Auditorio del Ayuntamiento de Vigo, presentarán este trabajo junto a amigos como Susana Seivane, Anxo Pintos (Berrogüetto), músicos de Os Carunchos, del conjunto de música tradicional Os Terribles de Donas, el acordeonista Roberto Comesaña (de la banda de Cristina Pato), miembros de la agrupación cultural O Fiadeiro, las pandereteiras Grialia y la mezzosoprano Nuria Lorenzo.

O Porriño, A Coruña y Cangas serán las siguientes paradas de una gira en la que Noitarega paseará ese aire ecléctico que marca su identidad. Los instrumentos tradicionales se combinan con arreglos innovadores (voces, armonías, gaitas afinadas en diferentes tonos) que crean un sonido con personalidad propia y raíces en el cancionero popular de Vigo, sobre todo del Val do Fragoso, en el que nacieron los músicos. Cuentan con aportaciones de compositores actuales que el quinteto barniza con la herencia recibida por vía familiar, como Os Morenos de Lavadores, agrupación de gaiteiros en la que militaban antepasados de Oliveira y un bisabuelo de los Costas, que figura en las crónicas por haberle ganado un concurso en Bouzas al mismísimo gaiteiro de Soutelo.

Globalización sonora

"Noitarega es una postal del presente, del pasado y esperemos que también del futuro", les dedica Anxo Pintos. "La nuestra es una propuesta abierta a todo tipo de colaboraciones y a instrumentos centenarios", explica Oliveira, para quien la fidelidad a la tradición es compatible con la globalización sonora. "El repertorio suena diferente cada vez que lo coge un gaiteiro: de A muiñeira de Chantada no hay dos interpretaciones iguales", pone como ejemplo.

La evolución del público de la música tradicional, que ya no es necesariamente rural ni oyente en exclusiva, corre en paralelo a la mayor formación de estos artistas. "La coherencia estética, el nivel de exigencia y la conciencia aumentaron y eso hizo también que cambiasen los tiempos".

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